Ese objetivo israelí de crear un Estado judío Exclusivo, ha sido una de numerosas causas que conformaron la base legal para el ejercicio de la discriminación racial contra los árabes de los territorios ocupados en 1948. Según un informe del Centro Adalah (Centro Legal para los Derechos de la Minoría Arabe de Israel) hay (20 leyes discriminatorias contra los árabes en Israel)[12]. Al exponer el contenido de ese Informe y los boletines periódicos emitidos por dicho Centro, se comprueba que 17 de esas leyes son discriminatorias directa y expresamente, pues o están relacionadas con los derechos de los judíos exclusivamente, o restringen los derechos de los árabes en Israel. Las restantes tres leyes, pese a su lenguaje moderado y formulación neutral, su implicación indirecta es injusta y discriminatoria contra los ciudadanos árabes.
Las primeras 17 leyes abordan diferentes esferas: leyes fundamentales, fuentes del Derecho Israelí y los derechos de la ciudadanía, derechos de la participación política, derechos a la viviendo y la tierra, y derechos a la cultura, educación y religión. Las otras 3 leyes de formulación neutral, han sido empleadas para dominar y limitar los derechos a la tierra y la vivienda de la minoría árabe. La ley fundamental israelí no le permite a ningún partido árabe entrar a la contienda electoral del Keneset si su programa político no reconoce a Israel como Estado del pueblo judío. Por ejemplo, si la agenda del partido político habla de la necesidad de modificar o anular la Ley del Retorno (judío), no se le permitirá participar en la contienda electoral. El gobierno del Likud aprobó en 1977 lineamientos generales en el Keneset y aplicó una política que afirma la importancia de preservar los valores judíos, mediante un párrafo nuevo añadido a la ley de educación: “la educación se basará sobre los valores eternos de las tradiciones judías, la conciencia judía y el sionismo, la Tora y el idioma hebreo y la historia del pueblo judío; constituyen las bases de nuestra identidad nacional y las normas de la educación de las futuras generaciones”[13].
En ese mismo sentido, tributan la ley de protección a los lugares religiosos judíos (exclusivamente judíos, ni islámicos ni cristianos!), la ley de los servicios de la religión judía…y demás leyes discriminatorias. El símbolo del Estado es judío, también las festividades religiosas oficiales son judías.
Es decir, todas leyes en Israel son legislaciones que tratan exclusivamente los intereses judíos. (Para más información, consultar las obras:Beshara Azmí, “Desde la Judaicidad del Estado hasta Sharon. Estudio de la Contradicción de la Democracia Israelí”. Editora Alshuruq, el Cairo, 2005…Rashid Fayez, “Falsedad de la Democracia de Israel”, primera edición, Fundación Arabe para Estudios y Publicación, Amman, 2004. )
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Ese objetivo israelí de crear un Estado judío Exclusivo, ha sido una de numerosas causas que conformaron la base legal para el ejercicio de la discriminación racial contra los árabes de los territorios ocupados en 1948. Según un informe del Centro Adalah (Centro Legal para los Derechos de la Minoría Arabe de Israel) hay (20 leyes discriminatorias contra los árabes en Israel)[12]. Al exponer el contenido de ese Informe y los boletines periódicos emitidos por dicho Centro, se comprueba que 17 de esas leyes son discriminatorias directa y expresamente, pues o están relacionadas con los derechos de los judíos exclusivamente, o restringen los derechos de los árabes en Israel. Las restantes tres leyes, pese a su lenguaje moderado y formulación neutral, su implicación indirecta es injusta y discriminatoria contra los ciudadanos árabes.
Las primeras 17 leyes abordan diferentes esferas: leyes fundamentales, fuentes del Derecho Israelí y los derechos de la ciudadanía, derechos de la participación política, derechos a la viviendo y la tierra, y derechos a la cultura, educación y religión. Las otras 3 leyes de formulación neutral, han sido empleadas para dominar y limitar los derechos a la tierra y la vivienda de la minoría árabe. La ley fundamental israelí no le permite a ningún partido árabe entrar a la contienda electoral del Keneset si su programa político no reconoce a Israel como Estado del pueblo judío. Por ejemplo, si la agenda del partido político habla de la necesidad de modificar o anular la Ley del Retorno (judío), no se le permitirá participar en la contienda electoral. El gobierno del Likud aprobó en 1977 lineamientos generales en el Keneset y aplicó una política que afirma la importancia de preservar los valores judíos, mediante un párrafo nuevo añadido a la ley de educación: “la educación se basará sobre los valores eternos de las tradiciones judías, la conciencia judía y el sionismo, la Tora y el idioma hebreo y la historia del pueblo judío; constituyen las bases de nuestra identidad nacional y las normas de la educación de las futuras generaciones”[13].
En ese mismo sentido, tributan la ley de protección a los lugares religiosos judíos (exclusivamente judíos, ni islámicos ni cristianos!), la ley de los servicios de la religión judía…y demás leyes discriminatorias. El símbolo del Estado es judío, también las festividades religiosas oficiales son judías.
Es decir, todas leyes en Israel son legislaciones que tratan exclusivamente los intereses judíos. (Para más información, consultar las obras:Beshara Azmí, “Desde la Judaicidad del Estado hasta Sharon. Estudio de la Contradicción de la Democracia Israelí”. Editora Alshuruq, el Cairo, 2005…Rashid Fayez, “Falsedad de la Democracia de Israel”, primera edición, Fundación Arabe para Estudios y Publicación, Amman, 2004. )