RuthCG1156
Procesos de paz y resolución de conflictos Después de las atrocidades, dos son las principales oportunidades que tienen las sociedades para promover la rendición de cuentas, el reconocimiento de lo ocurrido y las reformas. La primera se presenta después del derrocamiento de un régimen, con frecuencia mediante una revolución y, en ocasiones, a través de unas elecciones. La segunda surge cuando un proceso de paz pone fin a un conflicto, como ocurrió en Guatemala, Sudáfrica, El Salvador, Sierra Leona y Colombia.
Este tipo de procesos deben plantearse cómo afrontar el legado del conflicto partiendo de las cláusulas del acuerdo de paz. ¿Qué clase de justicia puede alcanzarse? ¿Cómo hay que tratar a las víctimas de violaciones de derechos masivas durante el proceso? ¿Qué clase de castigo habría que aplicar? ¿Y cómo puede la justicia desempeñar un papel constructivo a la hora de forjar una paz duradera?
En este sentido, el ejemplo más claro de la labor del ICTJ se observa en Colombia, donde hemos desempeñado un papel de confianza y constructivo en las conversaciones de paz entre el Gobierno y las FARC. Ese papel lo reconocieron ambas partes al invitarnos a participar en sus negociaciones, junto a diversos Estados y organizaciones gubernamentales internacionales, encomendándonos diversas funciones relativas a tareas de implementación y seguimiento. Lo esencial es que los principales representados del ICTJ, las diversas víctimas del conflicto, también confiaron en nosotros y nos encomendaron crear un foro en el que pudieran consultar cuáles eran las mejores maneras de que sus opiniones fueran tenidas en cuenta por los negociadores en La Habana.
En el mundo se han registrado 50 conflictos que se resolvieron pacíficamente. Hay 19 procesos de paz en curso. Aquí cuatro ejemplos con algunas fallas y aciertos.
El proceso de paz actual en Colombia, está acorde con las condiciones del país y tiene unas características que no se conocían en otros países, asegura Markus Reinher Melchior Schultze Kraft, experto en seguridad internacional.
Este, afirma él, suele ser el caso con los procesos de paz y de construcción de paz alrededor del mundo. Difícilmente se comparan mucho entre sí. Por lo tanto, aclara que es importante que no se traten de copiar elementos de otros procesos y aplicarlos tal cual en el contexto colombiano.
No creo que haya existido en el mundo un proceso de paz con total impunidad, opina, pero eso sí considera que hay lecciones que se derivan de otras experiencias que se deben tener en cuenta. Una de estas es la planeación de la construcción de paz requiere muchísima atención de parte del gobierno, Estado y de la sociedad.
Después de las atrocidades, dos son las principales oportunidades que tienen las sociedades para promover la rendición de cuentas, el reconocimiento de lo ocurrido y las reformas. La primera se presenta después del derrocamiento de un régimen, con frecuencia mediante una revolución y, en ocasiones, a través de unas elecciones. La segunda surge cuando un proceso de paz pone fin a un conflicto, como ocurrió en Guatemala, Sudáfrica, El Salvador, Sierra Leona y Colombia.
Este tipo de procesos deben plantearse cómo afrontar el legado del conflicto partiendo de las cláusulas del acuerdo de paz. ¿Qué clase de justicia puede alcanzarse? ¿Cómo hay que tratar a las víctimas de violaciones de derechos masivas durante el proceso? ¿Qué clase de castigo habría que aplicar? ¿Y cómo puede la justicia desempeñar un papel constructivo a la hora de forjar una paz duradera?
En este sentido, el ejemplo más claro de la labor del ICTJ se observa en Colombia, donde hemos desempeñado un papel de confianza y constructivo en las conversaciones de paz entre el Gobierno y las FARC. Ese papel lo reconocieron ambas partes al invitarnos a participar en sus negociaciones, junto a diversos Estados y organizaciones gubernamentales internacionales, encomendándonos diversas funciones relativas a tareas de implementación y seguimiento. Lo esencial es que los principales representados del ICTJ, las diversas víctimas del conflicto, también confiaron en nosotros y nos encomendaron crear un foro en el que pudieran consultar cuáles eran las mejores maneras de que sus opiniones fueran tenidas en cuenta por los negociadores en La Habana.
Respuesta:
En el mundo se han registrado 50 conflictos que se resolvieron pacíficamente. Hay 19 procesos de paz en curso. Aquí cuatro ejemplos con algunas fallas y aciertos.
El proceso de paz actual en Colombia, está acorde con las condiciones del país y tiene unas características que no se conocían en otros países, asegura Markus Reinher Melchior Schultze Kraft, experto en seguridad internacional.
Este, afirma él, suele ser el caso con los procesos de paz y de construcción de paz alrededor del mundo. Difícilmente se comparan mucho entre sí. Por lo tanto, aclara que es importante que no se traten de copiar elementos de otros procesos y aplicarlos tal cual en el contexto colombiano.
No creo que haya existido en el mundo un proceso de paz con total impunidad, opina, pero eso sí considera que hay lecciones que se derivan de otras experiencias que se deben tener en cuenta. Una de estas es la planeación de la construcción de paz requiere muchísima atención de parte del gobierno, Estado y de la sociedad.
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