Lénaly072727
Cuando se estudia la estética contemporánea no se pueden olvidar los antecedentes que marcan y definen nuestras ideas y percepciones del hecho estético. Aunque hemos definido ESTÉTICA como el conjunto de elementos estilísticos y temáticos que caracterizan a un determinado autor o movimiento artístico, no podemos obviar que ésta ha estado ligada desde siempre a la belleza, al arte y a lo que podemos llamar el espíritu. De antiguo tenemos pensadores que han alabado la belleza, ponderado el arte y expresado opiniones sobre aquello que el hombre produce con espíritu de trascendencia. Según Confucio, cada cosa tiene su belleza, pero no todos saben verla. Con ello no sólo no define qué es belleza sino que acepta la subjetividad de su apreciación. Para Buda la sabiduría es belleza, y en la Biblia se dice que la belleza "es la característica de lo que está en su lugar debido y realiza su función; es el efecto constatable de una riqueza interior de poder de vida" (Ep. 107,7). Pero en el mundo antiguo quien sea el pensador notable que haya abordado más sistemáticamente este tema es Platón. Según el profesor Angel Cappelletti, Platón trata, a diferencia de los pensadores posteriores y los más modernos, al arte y a la belleza en forma separada; y si bien nunca habló en específico de "estética" (no olvidemos que este es un término del siglo XVIII), sí trató sobre la belleza en "El Banquete", en "Fedro" y en el "Hipias Mayor", en tanto que sobre el arte habló en "La República" y en "Ion". Por supuesto que hace referencia a los filósofos griegos anteriores, en especial a Sócrates naturalmente, aunque usualmente para oponerse a sus ideas.
En Platón hay una relación entre la belleza y el amor, y de ahí se desprende esa concepción que aún podemos ver en los diccionarios, en la que se señala que belleza es "la propiedad de las cosas que hace amarlas, infundiendo en nosotros deleite espiritual." Para él, "un objeto es bello si, por un lado, se manifestara en él algún tipo de belleza de la inteligencia y, por otro, si el uso al que ha de servir fuera perfecta y claramente expresado en su seña, y los materiales con los que estuviera hecho fueran adecuados para su uso."
Según Cappelletti, Platón tiene varias aproximaciones a la idea de belleza, en tanto forman parte de los argumentos en cada uno de los diálogos en que el tema se involucra, particularmente en Fedro. La belleza abarca entonces valores no sólo estéticos sino morales, y se opone a las tendencias que la valoraban por lo conveniente que fuese (lo útil y lo que sirve podían ser considerados como variantes de la conveniencia) o como sólo placer para la vista y los oídos.
En esencia Platón tiene dos concepciones, una pitagórica, en la que en el orden, en la medida, en la proporción, en el acorde y en la armonía radicaba la belleza; concebida ésta como una cualidad dependiente de la disposición (distribución, armonía) de los elementos y a la vez, como una propiedad cuantitativa, matemática, que podía expresarse por numeros (medida y proporción). Y otra, tal vez posterior, en la que la belleza está en relación con la idealización. En este sentido es que se relaciona con las virtudes morales e incluso espirituales.
El arte, por su lado, no constituye para Platón un fin en sí mismo. Está al servicio en y en función del bien, de la verdad o en su defecto, de la mentira que es para otros verdad. Una de las características que destaca es la mimesis o capacidad de imitar que debe tener. Y justamente por ello, si el arte imita algo que no es bello, no será bello el resultado entonces por consecuencia. No olvidemos que Platón trabaja las ideas y las realidades, y los objetos artísticos son simples materializaciones.
De más está señalar que siendo tan complejo el pensamiento platónico, este comentario aqui es sólo una somera introducción.
Según Confucio, cada cosa tiene su belleza, pero no todos saben verla. Con ello no sólo no define qué es belleza sino que acepta la subjetividad de su apreciación. Para Buda la sabiduría es belleza, y en la Biblia se dice que la belleza "es la característica de lo que está en su lugar debido y realiza su función; es el efecto constatable de una riqueza interior de poder de vida" (Ep. 107,7). Pero en el mundo antiguo quien sea el pensador notable que haya abordado más sistemáticamente este tema es Platón.
Según el profesor Angel Cappelletti, Platón trata, a diferencia de los pensadores posteriores y los más modernos, al arte y a la belleza en forma separada; y si bien nunca habló en específico de "estética" (no olvidemos que este es un término del siglo XVIII), sí trató sobre la belleza en "El Banquete", en "Fedro" y en el "Hipias Mayor", en tanto que sobre el arte habló en "La República" y en "Ion". Por supuesto que hace referencia a los filósofos griegos anteriores, en especial a Sócrates naturalmente, aunque usualmente para oponerse a sus ideas.
En Platón hay una relación entre la belleza y el amor, y de ahí se desprende esa concepción que aún podemos ver en los diccionarios, en la que se señala que belleza es "la propiedad de las cosas que hace amarlas, infundiendo en nosotros deleite espiritual." Para él, "un objeto es bello si, por un lado, se manifestara en él algún tipo de belleza de la inteligencia y, por otro, si el uso al que ha de servir fuera perfecta y claramente expresado en su seña, y los materiales con los que estuviera hecho fueran adecuados para su uso."
Según Cappelletti, Platón tiene varias aproximaciones a la idea de belleza, en tanto forman parte de los argumentos en cada uno de los diálogos en que el tema se involucra, particularmente en Fedro. La belleza abarca entonces valores no sólo estéticos sino morales, y se opone a las tendencias que la valoraban por lo conveniente que fuese (lo útil y lo que sirve podían ser considerados como variantes de la conveniencia) o como sólo placer para la vista y los oídos.
En esencia Platón tiene dos concepciones, una pitagórica, en la que en el orden, en la medida, en la proporción, en el acorde y en la armonía radicaba la belleza; concebida ésta como una cualidad dependiente de la disposición (distribución, armonía) de los elementos y a la vez, como una propiedad cuantitativa, matemática, que podía expresarse por numeros (medida y proporción). Y otra, tal vez posterior, en la que la belleza está en relación con la idealización. En este sentido es que se relaciona con las virtudes morales e incluso espirituales.
El arte, por su lado, no constituye para Platón un fin en sí mismo. Está al servicio en y en función del bien, de la verdad o en su defecto, de la mentira que es para otros verdad. Una de las características que destaca es la mimesis o capacidad de imitar que debe tener. Y justamente por ello, si el arte imita algo que no es bello, no será bello el resultado entonces por consecuencia. No olvidemos que Platón trabaja las ideas y las realidades, y los objetos artísticos son simples materializaciones.
De más está señalar que siendo tan complejo el pensamiento platónico, este comentario aqui es sólo una somera introducción.