Barbie55 Nuestro organismo está en constante movimiento, al menos algunos de sus órganos, como el corazón, el diafragma, los pulmones... ¿Por qué no aprovechar este movimiento para generar energía? Debieron pensar los científicos estadounidenses que han creado este dispositivo. Se trata de un implante flexible que se adhiere a los órganos y convierte en electricidad la energía cinética de sus movimientos. Este chip fue elaborado en piezoeléctrico, un material capaz de generar electricidad al doblarse. Su diseño consiste en unas capas nanométricas de circonato titanato de plomo que se adhieren a una base de silicona, lo que permite ubicarlo cerca a los pulmones o a los ventrículos del corazón. Así, cada vez que el corazón (u otro órgano) se mueve, dobla este dispositivo, generando electricidad. Además, incluye una batería recargable de tamaño diminuto. El invento ya ha sido probado con éxito en corazones, pulmones y diafragmas de vacas, ovejas y cerdos, cuyos órganos tienen unas dimensiones similares a los de los humanos. Es la primera vez que un dispositivo así se usa en animales de este tamaño y los resultados indican que el implante es capaz de generar hasta ocho voltios.
Nuestro organismo está en constante movimiento, al menos algunos de sus órganos, como el corazón, el diafragma, los pulmones... ¿Por qué no aprovechar este movimiento para generar energía? Debieron pensar los científicos estadounidenses que han creado este dispositivo. Se trata de un implante flexible que se adhiere a los órganos y convierte en electricidad la energía cinética de sus movimientos. Este chip fue elaborado en piezoeléctrico, un material capaz de generar electricidad al doblarse. Su diseño consiste en unas capas nanométricas de circonato titanato de plomo que se adhieren a una base de silicona, lo que permite ubicarlo cerca a los pulmones o a los ventrículos del corazón.
Así, cada vez que el corazón (u otro órgano) se mueve, dobla este dispositivo, generando electricidad. Además, incluye una batería recargable de tamaño diminuto.
El invento ya ha sido probado con éxito en corazones, pulmones y diafragmas de vacas, ovejas y cerdos, cuyos órganos tienen unas dimensiones similares a los de los humanos. Es la primera vez que un dispositivo así se usa en animales de este tamaño y los resultados indican que el implante es capaz de generar hasta ocho voltios.