En la Edad Media, la caballería era una institución armada que servía a un rey o al poder feudal. Los caballeros, por lo tanto, eran guerreros que montaban a caballo y que llevaban armas como lanzas o espadas. ... Los caballeros solían recibir tierras o dinero como retribución a su servicio.
Para las tribus nómadas de Asia Central existía una relación muy estrecha entre hombre y caballo, pues este último era no solo un medio de transporte, sino también una poderosa fuente de riqueza (y, por tanto, de distinción social) al facilitar la caza, la agricultura, el comercio con o sin carro y los viajes, contribuyendo además a la guerra y los rituales mágicos religiosos. Las culturas sedentarias lo utilizaban, además de para esas funciones, como fuerza para mover maquinaria (norias, arados, carruajes etc.) y cargas pesadas y cultivar el campo; incluso sus excrementos o estiércol servían para abonar los huertos o alimentar fogatas.
Para los romanos y griegos, en cambio, ser caballero implicaba un prestigio social y económico dado el gran costo de mantenimiento de uno o varios caballos (poseer uno solo exigía la renta económica suficiente para pagar un establo, tierras con suficiente extensión como para criar el alimento con que darle de comer (y que a su vez necesitaban a caballos, asnos o mulas para ararlas), un pozo para abastecer de agua al animal o animales, servidumbre para sembrar esas tierras y cuidar, alimentar, limpiar, pasear y custodiar al animal, dinero para pagar su doma y sus arreos -la costosa silla de cuero, herraje y avíos-, etcétera).
Explicación:
Los caballeros nacieron de la necesidad de defender los dominios feudales (nobiliarios o eclesiásticos, ambos vinculados en las mismas familias) contra toda clase de enemigos, incluyendo los pillajes y rapiñas y los salteadores de caminos. De esta forma, la caballería fue un ejército coercitivo.
Respuesta:
En la Edad Media, la caballería era una institución armada que servía a un rey o al poder feudal. Los caballeros, por lo tanto, eran guerreros que montaban a caballo y que llevaban armas como lanzas o espadas. ... Los caballeros solían recibir tierras o dinero como retribución a su servicio.
Para las tribus nómadas de Asia Central existía una relación muy estrecha entre hombre y caballo, pues este último era no solo un medio de transporte, sino también una poderosa fuente de riqueza (y, por tanto, de distinción social) al facilitar la caza, la agricultura, el comercio con o sin carro y los viajes, contribuyendo además a la guerra y los rituales mágicos religiosos. Las culturas sedentarias lo utilizaban, además de para esas funciones, como fuerza para mover maquinaria (norias, arados, carruajes etc.) y cargas pesadas y cultivar el campo; incluso sus excrementos o estiércol servían para abonar los huertos o alimentar fogatas.
Para los romanos y griegos, en cambio, ser caballero implicaba un prestigio social y económico dado el gran costo de mantenimiento de uno o varios caballos (poseer uno solo exigía la renta económica suficiente para pagar un establo, tierras con suficiente extensión como para criar el alimento con que darle de comer (y que a su vez necesitaban a caballos, asnos o mulas para ararlas), un pozo para abastecer de agua al animal o animales, servidumbre para sembrar esas tierras y cuidar, alimentar, limpiar, pasear y custodiar al animal, dinero para pagar su doma y sus arreos -la costosa silla de cuero, herraje y avíos-, etcétera).
Explicación:
Los caballeros nacieron de la necesidad de defender los dominios feudales (nobiliarios o eclesiásticos, ambos vinculados en las mismas familias) contra toda clase de enemigos, incluyendo los pillajes y rapiñas y los salteadores de caminos. De esta forma, la caballería fue un ejército coercitivo.