En el corazón de la Amazonía viven los Nukak-Makú , el último pueblo nómada del que se tiene noticia en Colombia. Su número no supera los 500 individuos y ahora, en lugar de caminar por la selva, tienen que realizar trabajos extras como "raspachines" para no ser expulsados de su territorio. Veinticinco años después de su primer contacto con el mundo exterior, las consecuencias del encuentro continúan amenazando su supervivencia.
Por Ricardo Abdahllah - Fotografía Juan Pablo Gutiérrez González
En medio de las selvas que recorren los ríos Guaviare e Inírida -lo que quiere decir en medio de una tierra donde 3.500 milímetros de lluvia anual alimentan árboles de 30 metros de alto-, un mono churuco (un aua para los protagonistas de esta historia, un lagothrix para quienes buscan el nombre científico) escucha las voces de los que parecen ser algunos de los suyos que lo llaman y empieza a acercarse hacia la fuente de los sonidos.
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Para los Nukak Maku el encuentro con la sociedad dejó un saldo más negativo que positivo. A pesar de que este grupo ha sobrevivido en la selva aproximadamente 3.000 años, muchos de quienes entran en contacto con ellos los consideran como salvajes y tratan de cambiar sus hábitos alimenticios, sus creencias y su estilo de vida.
Por ejemplo, tratan de vestirlos, sin saber que en la selva, a causa de la humedad del ambiente, usar una camiseta puede producirles enfermedades.
Una gripa para los Nukak fácilmente se puede convertir en una epidemia, la comida condimentada les hace daño y usualmente son víctimas de sarampión, hepatitis, malaria cerebral y otras enfermedades llevadas por los colonos y para las cuales sus organismos no han desarrollado ningún tipo de defensas , afirma William Ancizar Romero Sandoval, secretario de Salud del Guaviare.
Una gripa para los Nukak fácilmente se puede convertir en una epidemia, la comida condimentada les hace daño y usualmente son víctimas de sarampión, hepatitis, malaria cerebral y otras enfermedades llevadas por los colonos y para las cuales sus organismos no han desarrollado ningún tipo de defensas , afirma William Ancizar Romero Sandoval, secretario de Salud del Guaviare.
Según cifras de la División de Asuntos Indígenas del Ministerio del Interior, entre 1988 y 1992, el 36% de la población Nukak murió víctima de las epidemias. Actualmente, al Hospital de San José son remitidos periódicamente miembros de la tribu con serios problemas de salud, algunos de los cuales mueren a pesar de la atención médica. Otros han sufrido intoxicaciones causadas por agroquímicos que llegan a las fuentes de agua.
Los niños desprotegidos Los mas afectados con esta situación son los niños. No solo porque son los más vulnerables frente a las enfermedades, sino porque ante la muerte de sus padres quedan en estado de desprotección, por lo cual, según tiene conocimiento la oficina de asuntos indígenas, en muchos casos se han refugiado con familias de colonos, o han sido raptados por ellos.
En el corazón de la Amazonía viven los Nukak-Makú , el último pueblo nómada del que se tiene noticia en Colombia. Su número no supera los 500 individuos y ahora, en lugar de caminar por la selva, tienen que realizar trabajos extras como "raspachines" para no ser expulsados de su territorio. Veinticinco años después de su primer contacto con el mundo exterior, las consecuencias del encuentro continúan amenazando su supervivencia.
Por Ricardo Abdahllah - Fotografía Juan Pablo Gutiérrez González
En medio de las selvas que recorren los ríos Guaviare e Inírida -lo que quiere decir en medio de una tierra donde 3.500 milímetros de lluvia anual alimentan árboles de 30 metros de alto-, un mono churuco (un aua para los protagonistas de esta historia, un lagothrix para quienes buscan el nombre científico) escucha las voces de los que parecen ser algunos de los suyos que lo llaman y empieza a acercarse hacia la fuente de los sonidos.
A pesar de que este grupo ha sobrevivido en la selva aproximadamente 3.000 años, muchos de quienes entran en contacto con ellos los consideran como salvajes y tratan de cambiar sus hábitos alimenticios, sus creencias y su estilo de vida.
Por ejemplo, tratan de vestirlos, sin saber que en la selva, a causa de la humedad del ambiente, usar una camiseta puede producirles enfermedades.
Una gripa para los Nukak fácilmente se puede convertir en una epidemia, la comida condimentada les hace daño y usualmente son víctimas de sarampión, hepatitis, malaria cerebral y otras enfermedades llevadas por los colonos y para las cuales sus organismos no han desarrollado ningún tipo de defensas , afirma William Ancizar Romero Sandoval, secretario de Salud del Guaviare.
Una gripa para los Nukak fácilmente se puede convertir en una epidemia, la comida condimentada les hace daño y usualmente son víctimas de sarampión, hepatitis, malaria cerebral y otras enfermedades llevadas por los colonos y para las cuales sus organismos no han desarrollado ningún tipo de defensas , afirma William Ancizar Romero Sandoval, secretario de Salud del Guaviare.
Según cifras de la División de Asuntos Indígenas del Ministerio del Interior, entre 1988 y 1992, el 36% de la población Nukak murió víctima de las epidemias. Actualmente, al Hospital de San José son remitidos periódicamente miembros de la tribu con serios problemas de salud, algunos de los cuales mueren a pesar de la atención médica. Otros han sufrido intoxicaciones causadas por agroquímicos que llegan a las fuentes de agua.
Los niños desprotegidos Los mas afectados con esta situación son los niños. No solo porque son los más vulnerables frente a las enfermedades, sino porque ante la muerte de sus padres quedan en estado de desprotección, por lo cual, según tiene conocimiento la oficina de asuntos indígenas, en muchos casos se han refugiado con familias de colonos, o han sido raptados por ellos.