Según Ramón Menéndez Pidal1 fueron respectivamente el primero y el cuarto de los hijos de los condes de Carrión don Gonzalo Ansúrez y doña Teresa. Debieron de nacer hacia los años 1074 o 1075 y por parte paterna venían del linaje de los Banu Gómez, condes de Saldaña y Carrión durante los siglos X y XI; el mismo Cantar de mio Cid lo reconoce (con manifiesta ironía y oposición de los términos valor y vano) por boca de Minaya Álvar Fáñez:
De natura sodes de los de Vanigómez, / onde salíen condes de prez e de valor, / más bien sabemos las mañas que ellos han oy (vv. 3343-3345)
Pero la realidad es que ningún personaje de esos nombres, Fernando y Diego, fue hijo de los condes de Carrión; los únicos que poseen esos nombres, por otra parte bastante comunes en la época, y que pertenezcan a la familia de los condes de Carrión, son dos hijos de Ansur Díaz y apellidados por tanto Ansúrez, hermanos de los condes Pedro Ansúrez y Gonzalo Ansúrez.2
No obstante existe otra posibilidad que surge si en contra de lo contemplado por Martínez Diez y la mayor parte de los autores anteriores se acepta la existencia de otro hijo del conde Gómez Díaz II llamado Diego. La prueba de la existencia de este hijo estaría en su lápida sepulcral del Monasterio de San Zoilo en Carrión.3. Gómez Diaz II, tío de Pedro Ansurez, es conde precisamente de Carrión a partir de 1038, tiene dos hijos llamados Fernando y Diego que como hijos del conde de tal plaza pudieran ser considerados en términos amplios "infantes" aun aceptando que tal denominación no fuera técnicamente apropiada. Además se apellidarían Gómez y no González. Pero hay que tener en cuenta que el juglar toma elementos reales que puede alterar con alguna libertad como hace en algunos otros pasajes del poema.
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Según Ramón Menéndez Pidal1 fueron respectivamente el primero y el cuarto de los hijos de los condes de Carrión don Gonzalo Ansúrez y doña Teresa. Debieron de nacer hacia los años 1074 o 1075 y por parte paterna venían del linaje de los Banu Gómez, condes de Saldaña y Carrión durante los siglos X y XI; el mismo Cantar de mio Cid lo reconoce (con manifiesta ironía y oposición de los términos valor y vano) por boca de Minaya Álvar Fáñez:
De natura sodes de los de Vanigómez, / onde salíen condes de prez e de valor, / más bien sabemos las mañas que ellos han oy (vv. 3343-3345)
Pero la realidad es que ningún personaje de esos nombres, Fernando y Diego, fue hijo de los condes de Carrión; los únicos que poseen esos nombres, por otra parte bastante comunes en la época, y que pertenezcan a la familia de los condes de Carrión, son dos hijos de Ansur Díaz y apellidados por tanto Ansúrez, hermanos de los condes Pedro Ansúrez y Gonzalo Ansúrez.2
No obstante existe otra posibilidad que surge si en contra de lo contemplado por Martínez Diez y la mayor parte de los autores anteriores se acepta la existencia de otro hijo del conde Gómez Díaz II llamado Diego. La prueba de la existencia de este hijo estaría en su lápida sepulcral del Monasterio de San Zoilo en Carrión.3. Gómez Diaz II, tío de Pedro Ansurez, es conde precisamente de Carrión a partir de 1038, tiene dos hijos llamados Fernando y Diego que como hijos del conde de tal plaza pudieran ser considerados en términos amplios "infantes" aun aceptando que tal denominación no fuera técnicamente apropiada. Además se apellidarían Gómez y no González. Pero hay que tener en cuenta que el juglar toma elementos reales que puede alterar con alguna libertad como hace en algunos otros pasajes del poema.