Tanto en Belén, como en Egipto y en Nazaret, la vida de Jesús, María, y José, fue una vida sencilla y corriente, parecida a la de todas las personas de su país y de su época. Dios Padre no quería que fuera distinta, porque buscaba, precisamente, que ellos nos sirvieran de ejemplo a todos nosotros; ejemplo de amor, de unidad, de sencillez, de trabajo honrado, de servicio a los demás, y de amor muy grande y muy profundo por Él.
Antes de que Jesús naciera, cuando María y José vivían en Nazaret, María se dedicaba a los oficios de la casa, y José trabajaba en su taller de carpintería, y también como albañil, colaborando en la construcción de las casas.
Tanto en Belén, como en Egipto y en Nazaret, la vida de Jesús, María, y José, fue una vida sencilla y corriente, parecida a la de todas las personas de su país y de su época. Dios Padre no quería que fuera distinta, porque buscaba, precisamente, que ellos nos sirvieran de ejemplo a todos nosotros; ejemplo de amor, de unidad, de sencillez, de trabajo honrado, de servicio a los demás, y de amor muy grande y muy profundo por Él.
Antes de que Jesús naciera, cuando María y José vivían en Nazaret, María se dedicaba a los oficios de la casa, y José trabajaba en su taller de carpintería, y también como albañil, colaborando en la construcción de las casas.