La reproducción sexual es el método reproductivo predominante en la mayoría de las plantas, requiere la unión de dos gametos (masculino y femenino) provenientes de diferentes individuos, con características genéticas variables o se puede ocurrir a partir de gametos del mismo individuo. Muchas veces, la dependencia de uno o dos individuos está determinado por el tipo de planta, ya sea, monoica o dioica.
Los dos tipos de reproducción de las plantas sexual más conocidos son la autogamia y la alogamia.
Autogamia
La autogamia es un tipo de reproducción que se da en el mismo individuo y se considera que tiene una finalidad ecológica similar a la de la reproducción asexual, donde los individuos generados son idénticos al parental y, la finalidad, es conservar las características genéticas que permiten mantenerse en un ambiente constante, en el cual ya se han adquirido adaptaciones pertinentes para la supervivencia.
Alogamia
La alogamia, probablemente, es el mecanismo que aporta una mayor variabilidad genética a la especie. En general, es el intercambio gamético por polinización cruzada entre dos individuos con características genéticas diferentes. El mecanismo de polinización cruzada es el más común en la reproducción de las plantas de tipo sexual, generalmente, la polinización cruzada se basa en la transferencia del polen presente en el estambre de una flor que será captado por el estigma de la flor de otro individuo; así mismo, la polinización cruzada se puede dar por medio de animales que trasladan el polen, por medio del aire o por medio del agua.
De manera general, el polen cuenta con tres células haploides, de las cuales, una será la encargada de formar el tubo polínico por donde pasarán las otras dos células haploides, una, fecundará la ovocélula presente en el estigma y formará el embrión, por su parte, la otra célula proveniente del polen se fusionara con dos núcleos polares presentes en el estigma y formará el endospermo (reserva alimenticia para el embrión). Contrastantemente, la alogamia, se ve favorecida en algunas plantas por una morfogénesis característica llamada hercogamia, en la cual, se presenta una disposición espacial diferente de las anteras y los estigmas que impide la autofecundación o autogamia.
La reproducción sexual es el método reproductivo predominante en la mayoría de las plantas, requiere la unión de dos gametos (masculino y femenino) provenientes de diferentes individuos, con características genéticas variables o se puede ocurrir a partir de gametos del mismo individuo. Muchas veces, la dependencia de uno o dos individuos está determinado por el tipo de planta, ya sea, monoica o dioica.
Los dos tipos de reproducción de las plantas sexual más conocidos son la autogamia y la alogamia.
Autogamia
La autogamia es un tipo de reproducción que se da en el mismo individuo y se considera que tiene una finalidad ecológica similar a la de la reproducción asexual, donde los individuos generados son idénticos al parental y, la finalidad, es conservar las características genéticas que permiten mantenerse en un ambiente constante, en el cual ya se han adquirido adaptaciones pertinentes para la supervivencia.
Alogamia
La alogamia, probablemente, es el mecanismo que aporta una mayor variabilidad genética a la especie. En general, es el intercambio gamético por polinización cruzada entre dos individuos con características genéticas diferentes. El mecanismo de polinización cruzada es el más común en la reproducción de las plantas de tipo sexual, generalmente, la polinización cruzada se basa en la transferencia del polen presente en el estambre de una flor que será captado por el estigma de la flor de otro individuo; así mismo, la polinización cruzada se puede dar por medio de animales que trasladan el polen, por medio del aire o por medio del agua.
De manera general, el polen cuenta con tres células haploides, de las cuales, una será la encargada de formar el tubo polínico por donde pasarán las otras dos células haploides, una, fecundará la ovocélula presente en el estigma y formará el embrión, por su parte, la otra célula proveniente del polen se fusionara con dos núcleos polares presentes en el estigma y formará el endospermo (reserva alimenticia para el embrión). Contrastantemente, la alogamia, se ve favorecida en algunas plantas por una morfogénesis característica llamada hercogamia, en la cual, se presenta una disposición espacial diferente de las anteras y los estigmas que impide la autofecundación o autogamia.