La escucha. Existe una gran diferencia entre oír y escuchar: oír es percibir vibraciones de sonido; escuchar implica entender y dar sentido a lo que se oye.
El habla. Los niños desarrollan esta habilidad lingüística automáticamente escuchando a sus familiares. Empiezan a relacionar de una forma natural un conjunto de sonidos específicos con un significado concreto. Una buena base para el éxito académico es una gran exposición al lenguaje: los niños cuyos padres les han hablado más, llegan más preparados para asimilar conocimientos a la escuela.
La lectura. El desarrollo de la lectura es la clave para un buen aprendizaje en todas las áreas de conocimiento. Es absolutamente necesario comprender lo que se lee para asimilar los contenidos.
La escritura. Es la forma de poner sobre un papel las palabras habladas. Es el proceso de enseñanza más largo para un niño.
La escucha. Existe una gran diferencia entre oír y escuchar: oír es percibir vibraciones de sonido; escuchar implica entender y dar sentido a lo que se oye.
El habla. Los niños desarrollan esta habilidad lingüística automáticamente escuchando a sus familiares. Empiezan a relacionar de una forma natural un conjunto de sonidos específicos con un significado concreto. Una buena base para el éxito académico es una gran exposición al lenguaje: los niños cuyos padres les han hablado más, llegan más preparados para asimilar conocimientos a la escuela.
La lectura. El desarrollo de la lectura es la clave para un buen aprendizaje en todas las áreas de conocimiento. Es absolutamente necesario comprender lo que se lee para asimilar los contenidos.
La escritura. Es la forma de poner sobre un papel las palabras habladas. Es el proceso de enseñanza más largo para un niño.