Salgo a jugar al fútbol con mi hijo y en la calle una mujer mayor es increpada por la portera de un edificio que le exige que no acerque el perro a la puerta del inmueble para evitar que el animal orine.
La mujer la mira y le pregunta si lo ha hecho. La portera responde que aún no, pero le avisa que no quiere que se acerque a la puerta. Mientras tanto, el perro, por instinto, se acerca a la pared del edificio. Antes que la portera interpele de nuevo a la mujer, ésta empuja al animal con la correa hacia su lado.
Salgo a jugar al fútbol con mi hijo y en la calle una mujer mayor es increpada por la portera de un edificio que le exige que no acerque el perro a la puerta del inmueble para evitar que el animal orine.
La mujer la mira y le pregunta si lo ha hecho. La portera responde que aún no, pero le avisa que no quiere que se acerque a la puerta. Mientras tanto, el perro, por instinto, se acerca a la pared del edificio. Antes que la portera interpele de nuevo a la mujer, ésta empuja al animal con la correa hacia su lado.