chanela06
La cavidad oral: La lengua varía en tamaño, forma y color (oscura en Iguanidae) con las especies, en general es una lengua móvil y protrusible. La yemas gustativas no están muy desarrolladas y se sitúan a nivel de faringe, no en la lengua. La protrusión de la lengua puede utilizarse para captar información del medio mediante el órgano de Jacobson (lengua bífida muy horquillada en varano y tejú) o para ser disparada para atrapar el alimento (Chamaeleo spp.). La dentición de los lagartos, en la mayoría de especies, es de tipo pleurodonta (dientes con raíces alargadas débilmente sujetos al margen interno de la arcada dentaria, sin alveolos dentarios), donde los dientes perdidos o mudados son reemplazados a lo largo de la vida del animal. Algunas familias de Agamidae y Chamaeleontidae presentan dentición acrodonta (dientes más cortos unidos firmementes al margen cortante de la arcada dentaria, sin alveolos dentarios), donde sólo se reemplazan los dientes de los individuos jóvenes. La existencia de lagartos venenosos es propio de unas pocas especies. La transmisión del veneno es por un mecanismo diferente al de las serpientes. Los colmillos de los lagartos no son huecos, sino que presentan una ranura exterior, no conectada directamente a las glándulas del veneno, las cuales son glándulas sublinguales modificadas. Cuando el reptil muerde, el veneno fluye desde la glándula, circula por el surco del diente penetrando en la herida causada por la mordedura. El estómago de los lagartos es simple, de forma alargada. No presenta piedras en su interior (gastrolitos) a diferencia de los crocodílidos. El intestino delgado presenta un páncreas asociado. Muchas especies poseen ciego. Algunos lagartos vegetarianos tienen el colon dividido en saculaciones o compartimentos para facilitar la fermentación del alimento que admite así una mejor digestión. Para mejorar esta fermentación microbiana, ciertas especies (Iguanidae), tienen preferencia por escoger zonas donde la temperatura ambiental sea la óptima. La porción final del intestino grueso desemboca en la cloaca, a nivel del coprodeum. Los saurios también presentan una vesícula biliar y un hígado lobulado.
La dentición de los lagartos, en la mayoría de especies, es de tipo pleurodonta (dientes con raíces alargadas débilmente sujetos al margen interno de la arcada dentaria, sin alveolos dentarios), donde los dientes perdidos o mudados son reemplazados a lo largo de la vida del animal. Algunas familias de Agamidae y Chamaeleontidae presentan dentición acrodonta (dientes más cortos unidos firmementes al margen cortante de la arcada dentaria, sin alveolos dentarios), donde sólo se reemplazan los dientes de los individuos jóvenes.
La existencia de lagartos venenosos es propio de unas pocas especies. La transmisión del veneno es por un mecanismo diferente al de las serpientes. Los colmillos de los lagartos no son huecos, sino que presentan una ranura exterior, no conectada directamente a las glándulas del veneno, las cuales son glándulas sublinguales modificadas. Cuando el reptil muerde, el veneno fluye desde la glándula, circula por el surco del diente penetrando en la herida causada por la mordedura.
El estómago de los lagartos es simple, de forma alargada. No presenta piedras en su interior (gastrolitos) a diferencia de los crocodílidos.
El intestino delgado presenta un páncreas asociado. Muchas especies poseen ciego. Algunos lagartos vegetarianos tienen el colon dividido en saculaciones o compartimentos para facilitar la fermentación del alimento que admite así una mejor digestión. Para mejorar esta fermentación microbiana, ciertas especies (Iguanidae), tienen preferencia por escoger zonas donde la temperatura ambiental sea la óptima.
La porción final del intestino grueso desemboca en la cloaca, a nivel del coprodeum. Los saurios también presentan una vesícula biliar y un hígado lobulado.