Respuesta:En los medios de comunicación circulan todo tipo de información sobre el coronavirus. ¿En quién podemos confiar? Menos mal que en situaciones peligrosas, hay medios informativos fiables, dice Martin Muno
Come ajo, bebe alcohol, el virus se transmite por las líneas 5G… Estos y algunas otras falsedades corren por internet, redes sociales y otras plataformas de comunicación mundiales. La información falsa y poco fiable se propaga de forma vírica hasta el punto de estar poniendo en riesgo muchas vidas. También es el nido donde proliferan los estafadores. Expertos de la ONU llevan a cabo esfuerzos para contrarrestar las mentiras y promover los hechos acerca del COVID-19. (Artículo actualizado con información sobre la plataforma Verified lanzada por la ONU para contrarrestar las mentiras sobre la pandemia.)
Todos hemos recibido algún mensaje con alguna cura milagrosa contra el coronavirus COVID-19. Y lo hemos recibido a pesar de que los médicos especialistas de todo el mundo, liderados por la Organización Mundial de la Salud, aseguran que de momento no hay tratamiento ni vacuna contra esta enfermedad.
Este fenómeno de la desinformación está poniendo en riesgo vidas, ya que hay personas con síntomas de estar enfermos por el coronavirus que prueban remedios no comprobados con la esperanza de "curarse" a sí mismos.
El miedo es el caldo de cultivo de la desinformación, los rumores y las falsas esperanzas. Sin embargo, la información veraz y fiable puede darnos una visión de la realidad en la que puedan nacer esperanzas ciertas.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura lidera los esfuerzos para contrarrestar las falsedades y promover los hechos sobre el virus.
No existe tema sin tocar por la desinformación
Mucho antes del brote del virus, esa Organización, también conocida por sus siglas como UNESCO, advirtió sobre el impacto que la transformación política, tecnológica, económica y social ha tenido en la forma en que intercambiamos información en los últimos años y especialmente de la contaminación que causan algunas campañas de desinformación orquestadas.
Respuesta:En los medios de comunicación circulan todo tipo de información sobre el coronavirus. ¿En quién podemos confiar? Menos mal que en situaciones peligrosas, hay medios informativos fiables, dice Martin Muno
Come ajo, bebe alcohol, el virus se transmite por las líneas 5G… Estos y algunas otras falsedades corren por internet, redes sociales y otras plataformas de comunicación mundiales. La información falsa y poco fiable se propaga de forma vírica hasta el punto de estar poniendo en riesgo muchas vidas. También es el nido donde proliferan los estafadores. Expertos de la ONU llevan a cabo esfuerzos para contrarrestar las mentiras y promover los hechos acerca del COVID-19. (Artículo actualizado con información sobre la plataforma Verified lanzada por la ONU para contrarrestar las mentiras sobre la pandemia.)
Todos hemos recibido algún mensaje con alguna cura milagrosa contra el coronavirus COVID-19. Y lo hemos recibido a pesar de que los médicos especialistas de todo el mundo, liderados por la Organización Mundial de la Salud, aseguran que de momento no hay tratamiento ni vacuna contra esta enfermedad.
Este fenómeno de la desinformación está poniendo en riesgo vidas, ya que hay personas con síntomas de estar enfermos por el coronavirus que prueban remedios no comprobados con la esperanza de "curarse" a sí mismos.
El miedo es el caldo de cultivo de la desinformación, los rumores y las falsas esperanzas. Sin embargo, la información veraz y fiable puede darnos una visión de la realidad en la que puedan nacer esperanzas ciertas.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura lidera los esfuerzos para contrarrestar las falsedades y promover los hechos sobre el virus.
No existe tema sin tocar por la desinformación
Mucho antes del brote del virus, esa Organización, también conocida por sus siglas como UNESCO, advirtió sobre el impacto que la transformación política, tecnológica, económica y social ha tenido en la forma en que intercambiamos información en los últimos años y especialmente de la contaminación que causan algunas campañas de desinformación orquestadas.
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