Alumno de tercer ciclo en la Universidad de Murcia.
Migración, solidaridad, desobediencia (Resumen)
La entrada en vigor de la Ley de Extranjería ha llevado a una parte de la población directamente afectada -migrantes 'sin papeles'- a vulnerar de hecho algunos de sus preceptos, adoptando en sus protestas formas de acción no convencionales típicas de los nuevos movimientos sociales. Desde estos movimientos, más concretamente entre algunas de las iniciativas de solidaridad, se ha realizado un llamamiento a la transgresión consciente de la citada norma. Estas líneas quieren analizar el encaje de esas actitudes en las definiciones clásicas de Desobediencia Civil y los aportes que, al propio concepto, realizan. Subyace a la reflexión la tesis de que la desobediencia es un mecanismo (no el único ni el más importante) de creación de ciudadanía.
Palabras clave: Migración/ movimientos sociales/ solidaridad/ desobediencia civil.
Migration, solidarity, disobedience (Abstract)
The coming into force in force of the 'Ley de Extranjería' (1) has carried to a part of the population directly affected - migrant 'without papers' - to injure in fact some of its rules, adopting in their protests not conventional forms of action typical of the new social movements. From these movements, more concretely between some of the solidarity initiatives, it has been realized a call to the aware violation of the cited norm. These lines want to analyze the lace of those attitudes in the classic civil disobedience decisions and the contributions that, to the own concept, realize. Underlie to the reflection the thesis of the fact that the disobedience is a mechanism (not the only one neither the most important) of creation of citizenship.
Key-words: Migration/ social movements/ solidarity/ civil disobedience.
El trágico accidente de Lorca del 3 de enero, la entrada en vigor de la nueva Ley de Extranjería 20 días más tarde, constituyen dos fechas que permiten señalar un antes y un después tanto en la movilización de las personas migrantes como en la de las organizaciones de solidaridad con estas.
Es cierto que antes de esas fechas unas y otras, coordinadas o no, habían protagonizado numerosas acciones de protesta, impulsado campañas informativas, tomado iniciativas encaminadas a garantizar los derechos de las personas migradas, alimentado debates,... Sin embargo, y puede echarse mano de archivo o hemeroteca para constatarlo, nunca antes, en el Estado español, ha habido en este ámbito un movimiento de protesta -con todos sus límites, problemas y contradicciones- tan amplio, con iniciativas tan duraderas y con expresión en tantos lugares a la vez. Puede incluso decirse que ese movimiento plural, heterogéneo, que ha venido desarrollándose desde principios de este 2001, no tiene precedentes (2).
Así, a las primeras manifestaciones de consternación por la muerte de 12 personas, al arroyar un tren la furgoneta en que se dirigían a trabajar, siguen diversas marchas y, tras la entrada en vigor de la Ley 8/2000, encierros en varias poblaciones murcianas, en Barcelona, en Madrid, en Valencia, en distintas localidades andaluzas,... cada uno con su propia dinámica pero conformando, en su conjunto, un panorama nuevo.
Nuevo y, como ha quedado dicho, plural. Que esa dinámica tenga, en los distintos lugares donde se ha desarrollado, unas coordenadas semejantes, no significa que haya sido uniforme. Esa heterogeneidad se expresa en muchos factores: la propia diversidad de la gente inmigrante implicada; la presencia de diferentes colectivos, cada uno con sus maneras, experiencias, proyectos,... construyendo lazos -o mal evitando roces- sobre la marcha; la situación concreta de cada encierro, sus formas de organización o su entorno; la diferente modulación de vindicaciones u objetivos; las distintas estrategias y posibilidades de negociación;...
Respuesta:
Carlos S. Olmo Bau
Licenciado en Filosofía.
Alumno de tercer ciclo en la Universidad de Murcia.
Migración, solidaridad, desobediencia (Resumen)
La entrada en vigor de la Ley de Extranjería ha llevado a una parte de la población directamente afectada -migrantes 'sin papeles'- a vulnerar de hecho algunos de sus preceptos, adoptando en sus protestas formas de acción no convencionales típicas de los nuevos movimientos sociales. Desde estos movimientos, más concretamente entre algunas de las iniciativas de solidaridad, se ha realizado un llamamiento a la transgresión consciente de la citada norma. Estas líneas quieren analizar el encaje de esas actitudes en las definiciones clásicas de Desobediencia Civil y los aportes que, al propio concepto, realizan. Subyace a la reflexión la tesis de que la desobediencia es un mecanismo (no el único ni el más importante) de creación de ciudadanía.
Palabras clave: Migración/ movimientos sociales/ solidaridad/ desobediencia civil.
Migration, solidarity, disobedience (Abstract)
The coming into force in force of the 'Ley de Extranjería' (1) has carried to a part of the population directly affected - migrant 'without papers' - to injure in fact some of its rules, adopting in their protests not conventional forms of action typical of the new social movements. From these movements, more concretely between some of the solidarity initiatives, it has been realized a call to the aware violation of the cited norm. These lines want to analyze the lace of those attitudes in the classic civil disobedience decisions and the contributions that, to the own concept, realize. Underlie to the reflection the thesis of the fact that the disobedience is a mechanism (not the only one neither the most important) of creation of citizenship.
Key-words: Migration/ social movements/ solidarity/ civil disobedience.
El trágico accidente de Lorca del 3 de enero, la entrada en vigor de la nueva Ley de Extranjería 20 días más tarde, constituyen dos fechas que permiten señalar un antes y un después tanto en la movilización de las personas migrantes como en la de las organizaciones de solidaridad con estas.
Es cierto que antes de esas fechas unas y otras, coordinadas o no, habían protagonizado numerosas acciones de protesta, impulsado campañas informativas, tomado iniciativas encaminadas a garantizar los derechos de las personas migradas, alimentado debates,... Sin embargo, y puede echarse mano de archivo o hemeroteca para constatarlo, nunca antes, en el Estado español, ha habido en este ámbito un movimiento de protesta -con todos sus límites, problemas y contradicciones- tan amplio, con iniciativas tan duraderas y con expresión en tantos lugares a la vez. Puede incluso decirse que ese movimiento plural, heterogéneo, que ha venido desarrollándose desde principios de este 2001, no tiene precedentes (2).
Así, a las primeras manifestaciones de consternación por la muerte de 12 personas, al arroyar un tren la furgoneta en que se dirigían a trabajar, siguen diversas marchas y, tras la entrada en vigor de la Ley 8/2000, encierros en varias poblaciones murcianas, en Barcelona, en Madrid, en Valencia, en distintas localidades andaluzas,... cada uno con su propia dinámica pero conformando, en su conjunto, un panorama nuevo.
Nuevo y, como ha quedado dicho, plural. Que esa dinámica tenga, en los distintos lugares donde se ha desarrollado, unas coordenadas semejantes, no significa que haya sido uniforme. Esa heterogeneidad se expresa en muchos factores: la propia diversidad de la gente inmigrante implicada; la presencia de diferentes colectivos, cada uno con sus maneras, experiencias, proyectos,... construyendo lazos -o mal evitando roces- sobre la marcha; la situación concreta de cada encierro, sus formas de organización o su entorno; la diferente modulación de vindicaciones u objetivos; las distintas estrategias y posibilidades de negociación;...