Hace un poco más de 10 años un equipo de docentes y técnicas de una ONG se plantearon una pregunta retadora: ¿se puede hacer una propuesta educativa que ayude a transformar el mundo en un lugar más justo, generando solidaridad y conciencia crítica en los futuros ciudadanos y ciudadanas del planeta? Corrían los primeros años del siglo XXI. Las nuevas tecnologías comenzaban a ser un revulsivo para la innovación educativa y la comunicación social. El nuevo milenio convocaba esperanzas y sueños de justicia y sostenibilidad.
Hace un poco más de 10 años un equipo de docentes y técnicas de una ONG se plantearon una pregunta retadora: ¿se puede hacer una propuesta educativa que ayude a transformar el mundo en un lugar más justo, generando solidaridad y conciencia crítica en los futuros ciudadanos y ciudadanas del planeta? Corrían los primeros años del siglo XXI. Las nuevas tecnologías comenzaban a ser un revulsivo para la innovación educativa y la comunicación social. El nuevo milenio convocaba esperanzas y sueños de justicia y sostenibilidad.