Triunfó el candidato radical Raúl Alfonsín con un 51.75% del voto popular y 317 votos de los 600 miembros del Colegio Electoral. En segundo lugar resultó el candidato peronista Ítalo Luder, que obtuvo el 40.16 % del voto popular y 259 electores. Los otros dos candidatos más votados fueron Oscar Alende, del Partido Intransigente, con el 2.33 % de los votos, y Rogelio Frigerio, del Movimiento de Integración y Desarrollo, con el 1.19 %
Gobierno de Bignone y final del Proceso
Heredando una economía que luchaba bajo aplastantes tasas de interés impuestas por la Circular 1050 del Banco Central, el nuevo presidente de la institución, Domingo Cavallo, rescindió la política en julio, iniciándose un movimiento hacia la liberalización económica, que fue complementado por Bignone restaurando un derecho limitado de reunión y libertad de expresión. Esto se realizó como consecuencia de la enorme presión que ejercían la gran cantidad de partidos políticos para una rápida transición, agrupados en la Multipartidaria establecida por Ricardo Balbín, líder de la Unión Cívica Radical, en 1981.8 Seis años de congelación intermitente de salarios, políticas adversas a la industria y medidas restrictivas como la Circular 1050 habían dejado el PIB per cápita en su nivel más bajo desde 1968 y los salarios reales en torno al 40%. Ante estas condiciones, el retorno de algunas libertades condujo rápidamente a una ola de huelgas, incluyendo dos paros generales dirigidos por Saúl Ubaldini de la federación sindical CGT (la más grande de América del Sur). La reacción de los sectores más duros del régimen llevaron al General Jorge Anaya a anunciar que presentaría su candidatura a la Presidencia, en medio de las burlas hacia su persona por medio del cántico Anaya canalla, idea que fue rápidamente frustrada por Bignone.8
Las manifestaciones exigiendo el adelantamiento de las elecciones no se hicieron esperar, y la policía reprimió severamente una protesta en la Plaza de Mayo el 16 de diciembre de 1982, lo que resultó en la muerte de un manifestante y las esperanzas de Bignone de posponer indefinidamente los comicios. El régimen empezó a prepararse para la transición triturando evidencias la desaparición del estimado de 30.000 disidentes (la mayoría de los cuales eran estudiantes, académicos y sindicalistas no involucrados en la violencia que sufrió Argentina entre 1973 y 1976). Sin embargo, en febrero de 1983, el jefe de la policía de Buenos Aires, Ramón Camps, reconoció públicamente los crímenes y afirmó que los "desaparecidos" estaban, de hecho, muertos. La entrevista de Camps, que provocó la indignación general, obligó a Bignone a dejar de negar la tragedia y, el 28 de abril, decretó la ley de autoamnistía N.º 22.924 para todos los implicados (incluido él mismo).9El gobierno militar dictó un nuevo estatuto para los partidos políticos y hubo una afiliación masiva de ciudadanos que iba más allá de las limitaciones los partidos políticos y de la mayoría de sus dirigentes, muchos de ellos con ideas obsoletas o con una imagen políticamente inadecuada para un proceso democrático, tolerante y respetuoso de los derechos. 10
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Triunfó el candidato radical Raúl Alfonsín con un 51.75% del voto popular y 317 votos de los 600 miembros del Colegio Electoral. En segundo lugar resultó el candidato peronista Ítalo Luder, que obtuvo el 40.16 % del voto popular y 259 electores. Los otros dos candidatos más votados fueron Oscar Alende, del Partido Intransigente, con el 2.33 % de los votos, y Rogelio Frigerio, del Movimiento de Integración y Desarrollo, con el 1.19 %
Gobierno de Bignone y final del Proceso
Heredando una economía que luchaba bajo aplastantes tasas de interés impuestas por la Circular 1050 del Banco Central, el nuevo presidente de la institución, Domingo Cavallo, rescindió la política en julio, iniciándose un movimiento hacia la liberalización económica, que fue complementado por Bignone restaurando un derecho limitado de reunión y libertad de expresión. Esto se realizó como consecuencia de la enorme presión que ejercían la gran cantidad de partidos políticos para una rápida transición, agrupados en la Multipartidaria establecida por Ricardo Balbín, líder de la Unión Cívica Radical, en 1981.8 Seis años de congelación intermitente de salarios, políticas adversas a la industria y medidas restrictivas como la Circular 1050 habían dejado el PIB per cápita en su nivel más bajo desde 1968 y los salarios reales en torno al 40%. Ante estas condiciones, el retorno de algunas libertades condujo rápidamente a una ola de huelgas, incluyendo dos paros generales dirigidos por Saúl Ubaldini de la federación sindical CGT (la más grande de América del Sur). La reacción de los sectores más duros del régimen llevaron al General Jorge Anaya a anunciar que presentaría su candidatura a la Presidencia, en medio de las burlas hacia su persona por medio del cántico Anaya canalla, idea que fue rápidamente frustrada por Bignone.8
Las manifestaciones exigiendo el adelantamiento de las elecciones no se hicieron esperar, y la policía reprimió severamente una protesta en la Plaza de Mayo el 16 de diciembre de 1982, lo que resultó en la muerte de un manifestante y las esperanzas de Bignone de posponer indefinidamente los comicios. El régimen empezó a prepararse para la transición triturando evidencias la desaparición del estimado de 30.000 disidentes (la mayoría de los cuales eran estudiantes, académicos y sindicalistas no involucrados en la violencia que sufrió Argentina entre 1973 y 1976). Sin embargo, en febrero de 1983, el jefe de la policía de Buenos Aires, Ramón Camps, reconoció públicamente los crímenes y afirmó que los "desaparecidos" estaban, de hecho, muertos. La entrevista de Camps, que provocó la indignación general, obligó a Bignone a dejar de negar la tragedia y, el 28 de abril, decretó la ley de autoamnistía N.º 22.924 para todos los implicados (incluido él mismo).9El gobierno militar dictó un nuevo estatuto para los partidos políticos y hubo una afiliación masiva de ciudadanos que iba más allá de las limitaciones los partidos políticos y de la mayoría de sus dirigentes, muchos de ellos con ideas obsoletas o con una imagen políticamente inadecuada para un proceso democrático, tolerante y respetuoso de los derechos. 10