Una institución (del latín institutio, de in, que implica penetración; statuere, estacionar, colocar, y el sufijo -ción, que implica acción o efecto[1]) es un organismo público o privado creado para desempeñar una determinada labor cultural, científica, política o social.[cita requerida] Las instituciones son sistemas de índole social y cooperativa creadas bajo imposiciones legales, que procuran ordenar y normalizar el comportamiento de un grupo de individuos (que puede ser de toda una sociedad). Las instituciones trascienden las voluntades individuales, al identificarse con la imposición de un propósito considerado como un bien social, es decir, que vendría siendo algo "normal" para ese grupo. Su mecanismo de funcionamiento varía ampliamente en cada caso, aunque se destaca la elaboración de numerosas reglas o normas que suelen ser poco flexibles y amoldables.[2]
El término "institución", etimológicamente, comparte raíz con instituto, instrucción, instructor e institutriz. Muchas instituciones son organizaciones formalmente establecidas, aunque otras no; ni siquiera tienen por qué corresponderse con un lugar físico, extendiéndose a una conducta y costumbres consideradas importantes para una sociedad, como las particulares organizaciones formales de gobierno y servicio público, o incluso a hechos sociales contingentes (como el conducir un automóvil por la derecha en unos países y por la izquierda en otros), o al aprecio que se siente por una persona digna, respeto y consideración (tal o cual artista o personaje popular es considerado una institución).
Las instituciones, como los seres humanos, han ido evolucionando a través del tiempo, lo cual ha permitido generar un orden y una estabilidad social, en donde cada miembro del grupo debe apegarse a ciertas normas y reglas, dando origen a la división del trabajo y a la organización de tareas y de roles; pero para que las instituciones se conformen deben reunir ciertas características como se menciona en el artículo de Power, Van Schaik y Lehmann, «La formación de las instituciones requiere intencionalidad compartida, el lenguaje y otras habilidades cognitivas en gran medida ausentes en
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Una institución (del latín institutio, de in, que implica penetración; statuere, estacionar, colocar, y el sufijo -ción, que implica acción o efecto[1]) es un organismo público o privado creado para desempeñar una determinada labor cultural, científica, política o social.[cita requerida] Las instituciones son sistemas de índole social y cooperativa creadas bajo imposiciones legales, que procuran ordenar y normalizar el comportamiento de un grupo de individuos (que puede ser de toda una sociedad). Las instituciones trascienden las voluntades individuales, al identificarse con la imposición de un propósito considerado como un bien social, es decir, que vendría siendo algo "normal" para ese grupo. Su mecanismo de funcionamiento varía ampliamente en cada caso, aunque se destaca la elaboración de numerosas reglas o normas que suelen ser poco flexibles y amoldables.[2]
El término "institución", etimológicamente, comparte raíz con instituto, instrucción, instructor e institutriz. Muchas instituciones son organizaciones formalmente establecidas, aunque otras no; ni siquiera tienen por qué corresponderse con un lugar físico, extendiéndose a una conducta y costumbres consideradas importantes para una sociedad, como las particulares organizaciones formales de gobierno y servicio público, o incluso a hechos sociales contingentes (como el conducir un automóvil por la derecha en unos países y por la izquierda en otros), o al aprecio que se siente por una persona digna, respeto y consideración (tal o cual artista o personaje popular es considerado una institución).
Las instituciones, como los seres humanos, han ido evolucionando a través del tiempo, lo cual ha permitido generar un orden y una estabilidad social, en donde cada miembro del grupo debe apegarse a ciertas normas y reglas, dando origen a la división del trabajo y a la organización de tareas y de roles; pero para que las instituciones se conformen deben reunir ciertas características como se menciona en el artículo de Power, Van Schaik y Lehmann, «La formación de las instituciones requiere intencionalidad compartida, el lenguaje y otras habilidades cognitivas en gran medida ausentes en