marcelomanrique
Se realizaba en un lugar específico, la torre del homenaje del castillo del señor. Consistía en una doble promesa verbal y gestual, ante libros o reliquias sagradas, mediante una serie de gestos muy ritualizados y codificados: el vasallo se arrodillaba, colocaba sus manos en posición orante y declaraba: «Je deviens votre homme» («Me hago vuestro hombre»). El señor cerraba las manos sobre las de su vasallo en señal de aceptación (inmixtio manum -véase apretón de manos-), y se daban un beso (osculum).