Como se hace el fertilizante con la cabeza de pescado
leinercorreaINGREDIENTES: Procesador de comida, Cubeta de 5 galones con tapa, Papel periódico, aserrín u hojas, Un tarro de melaza de 12 onzas, 2 cucharadas de sales e magnesia(opcional), 1 galón de agua, Una regadera de mano.
Muele los restos de pescado hasta obtener una papilla. Llena hasta la mitad una cubeta de plástico de 5 galones con los deshechos del pescado triturados. El pescado se transformará más rápido en fertilizante entre más expuesto quede.
2. Llena la cubeta con pequeños trozos de papel periódico, hojas secas o aserrín hasta que quede una pulgada antes del borde. Este material seco aireará el pescado en descomposición y absorberá el nitrógeno liberado acelerando el proceso de descomposición.
3. Vacía el frasco entero de melaza en la cubeta antes de cerrarla firmemente con la tapa. Una pequeña cantidad de sales de magnesia agregará el magnesio y azufre, aditivos comunes en los abonos de pescado comerciales. Los azúcares de la miel generarán más actividad en las bacterias y mantendrán controlado el olor a pescado podrido.
4. Agita el cubo sellado en todas las direcciones tan rápido como te sea posible para mezclar mejor su contenido. Realiza estos movimientos una vez al día para mantener a las bacterias trabajando en la materia en descomposición.
5. Guarda el cubo sellado en un lugar cálido fuera de la luz solar directa durante dos semanas, pero recuerda abrirlo y agitarlo todos los días. Moviendo el cubo con frecuencia permitirás que el gas acumulado salga y que el material en descomposición se mezcle nuevamente.
6. Diluye 1 cuarto de galón de emulsión de pescado de dos semanas en un galón de agua antes de regar tus plantas con fertilizante. El uso del abono de pescado sin diluir matará o dañará a las plantas jóvenes.
7. Continúa agregando las mismas cantidades de restos de pescado y materia seca, como hojas y aserrín, a la emulsión que has utilizado. Al alimentarla con nuevo material, el proceso de fermentación se reactivará y esto te dará un suministro casi infinito de fertilizante concentrado.
Muele los restos de pescado hasta obtener una papilla. Llena hasta la mitad una cubeta de plástico de 5 galones con los deshechos del pescado triturados. El pescado se transformará más rápido en fertilizante entre más expuesto quede.
2. Llena la cubeta con pequeños trozos de papel periódico, hojas secas o aserrín hasta que quede una pulgada antes del borde. Este material seco aireará el pescado en descomposición y absorberá el nitrógeno liberado acelerando el proceso de descomposición.
3. Vacía el frasco entero de melaza en la cubeta antes de cerrarla firmemente con la tapa. Una pequeña cantidad de sales de magnesia agregará el magnesio y azufre, aditivos comunes en los abonos de pescado comerciales. Los azúcares de la miel generarán más actividad en las bacterias y mantendrán controlado el olor a pescado podrido.
4. Agita el cubo sellado en todas las direcciones tan rápido como te sea posible para mezclar mejor su contenido. Realiza estos movimientos una vez al día para mantener a las bacterias trabajando en la materia en descomposición.
5. Guarda el cubo sellado en un lugar cálido fuera de la luz solar directa durante dos semanas, pero recuerda abrirlo y agitarlo todos los días. Moviendo el cubo con frecuencia permitirás que el gas acumulado salga y que el material en descomposición se mezcle nuevamente.
6. Diluye 1 cuarto de galón de emulsión de pescado de dos semanas en un galón de agua antes de regar tus plantas con fertilizante. El uso del abono de pescado sin diluir matará o dañará a las plantas jóvenes.
7. Continúa agregando las mismas cantidades de restos de pescado y materia seca, como hojas y aserrín, a la emulsión que has utilizado. Al alimentarla con nuevo material, el proceso de fermentación se reactivará y esto te dará un suministro casi infinito de fertilizante concentrado.