Las microalgas marinas unicelulares (Ilustración 12) se cultivan como alimento para las diferentes etapas del cultivo en criadero de moluscos de valor comercial. Hasta hace poco tiempo las algas vivas eran la única fuente de alimentación de las larvas y juveniles de bivalvos, pero esta situación está empezando a cambiar ahora como resultado de recientes investigaciones sobre el desarrollo de dietas artificiales e inertes apropiadas. Sin embargo, la producción de algas vivas va a seguir siendo un aspecto fundamental en el éxito de la gestión de criaderos en el futuro inmediato, aunque sólo sea como alimento vivo que complemente los alimentos más innovadores.
Ilustración 12: Microfotografías de dos especies de algas que se cultivan habitualmente en los criaderos, Isochrysis sp. (A) y Tetraselmis sp. (B) mostrando la diferencia relativa de tamaño celular.
De entre las microalgas, las especies de flagelados y diatomeas son productoras primarias y se encuentran en la base de la cadena trófica marina. Fabrican componentes celulares orgánicos a partir del dióxido de carbono y otros nutrientes que absorben del agua de mar utilizando la luz como fuente de energía en un proceso denominado fotosíntesis. Normalmente se cultivan en criaderos en agua de mar natural tratada y enriquecida con nutrientes adicionales, como nitratos, fosfatos, oligoelementos esenciales, vitaminas y dióxido de carbono como fuente de carbono. Se puede emplear agua de mar sintética pero es excesivamente cara, a no ser que se utilice a escala de laboratorio.
La necesidad de cultivar microalgas surge porque el contenido en fitoplancton natural del agua de mar utilizada en los criaderos es insuficiente para garantizar el crecimiento óptimo de las grandes densidades de larvas y juveniles que se cultivan. En el cultivo de algas, en particular, los tratamientos de agua utilizados eliminan prácticamente todo el fitoplancton natural que luego tiene que ser sustituido por cultivos de las especies preferidas de mayor valor alimenticio. En este contexto, y según las raciones alimenticias apropiadas para reproductores y juveniles, existen pocas, de las muchas algas naturales, que tengan un buen valor alimenticio para los bivalvos y no todas ellas pueden cultivarse artificialmente a escala suficientemente grande. En el Cuadro 1 se incluye una relación de las especies más empleadas en los criaderos de bivalvos, además de los parámetros de tamaño celular y composición.
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Las microalgas marinas unicelulares (Ilustración 12) se cultivan como alimento para las diferentes etapas del cultivo en criadero de moluscos de valor comercial. Hasta hace poco tiempo las algas vivas eran la única fuente de alimentación de las larvas y juveniles de bivalvos, pero esta situación está empezando a cambiar ahora como resultado de recientes investigaciones sobre el desarrollo de dietas artificiales e inertes apropiadas. Sin embargo, la producción de algas vivas va a seguir siendo un aspecto fundamental en el éxito de la gestión de criaderos en el futuro inmediato, aunque sólo sea como alimento vivo que complemente los alimentos más innovadores.
Ilustración 12: Microfotografías de dos especies de algas que se cultivan habitualmente en los criaderos, Isochrysis sp. (A) y Tetraselmis sp. (B) mostrando la diferencia relativa de tamaño celular.
De entre las microalgas, las especies de flagelados y diatomeas son productoras primarias y se encuentran en la base de la cadena trófica marina. Fabrican componentes celulares orgánicos a partir del dióxido de carbono y otros nutrientes que absorben del agua de mar utilizando la luz como fuente de energía en un proceso denominado fotosíntesis. Normalmente se cultivan en criaderos en agua de mar natural tratada y enriquecida con nutrientes adicionales, como nitratos, fosfatos, oligoelementos esenciales, vitaminas y dióxido de carbono como fuente de carbono. Se puede emplear agua de mar sintética pero es excesivamente cara, a no ser que se utilice a escala de laboratorio.
La necesidad de cultivar microalgas surge porque el contenido en fitoplancton natural del agua de mar utilizada en los criaderos es insuficiente para garantizar el crecimiento óptimo de las grandes densidades de larvas y juveniles que se cultivan. En el cultivo de algas, en particular, los tratamientos de agua utilizados eliminan prácticamente todo el fitoplancton natural que luego tiene que ser sustituido por cultivos de las especies preferidas de mayor valor alimenticio. En este contexto, y según las raciones alimenticias apropiadas para reproductores y juveniles, existen pocas, de las muchas algas naturales, que tengan un buen valor alimenticio para los bivalvos y no todas ellas pueden cultivarse artificialmente a escala suficientemente grande. En el Cuadro 1 se incluye una relación de las especies más empleadas en los criaderos de bivalvos, además de los parámetros de tamaño celular y composición.
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