BryanRengifoCuando el hombre entra en la fase de la pubertad, se desarrolla una gruesa pared en los túbulos seminíferos conocida como epitelio seminífero, que se compone de dos tipos de células, una de ellas son las células germinales que cuentan con 46 cromosomas cada una. Éstas representan el primer paso de una célula para convertirse en espermatozoide. Éstas células se dividen varias veces con el fin de producir los espermatocitos primarios, que al igual que sus predecesoras cuentan también con 46 cromosomas. La división ocurre una vez más para dar paso a la formación de los espermatocitos secundarios, que cuentan esta vez con 23 cromosomas. De los espermatocitos secundarios se forman los espermátidas y finalmente los espermatozoides, que acabarán contando con 23 cromosomas. Dado que el ADN humano tiene 23 pares de cromosomas, es decir 46 en total, para la formación de un embrión se requieren también los 23 cromosomas que aportan el óvulo femenino en el proceso de fertilización.
Éstas células se dividen varias veces con el fin de producir los espermatocitos primarios, que al igual que sus predecesoras cuentan también con 46 cromosomas. La división ocurre una vez más para dar paso a la formación de los espermatocitos secundarios, que cuentan esta vez con 23 cromosomas.
De los espermatocitos secundarios se forman los espermátidas y finalmente los espermatozoides, que acabarán contando con 23 cromosomas. Dado que el ADN humano tiene 23 pares de cromosomas, es decir 46 en total, para la formación de un embrión se requieren también los 23 cromosomas que aportan el óvulo femenino en el proceso de fertilización.