Desde que en el siglo VIII los musulmanes penetraran la Península para difundir su religión y cultura por más territorios, en el norte de Hispania se crearon los primeros grupos de resistencia cristianos que se iniciaron con la batalla de Covadonga capitaneada por el Rey Pelayo. Desde entonces, y hasta el siglo XV, en la Península se llevaron a cabo diferentes cruzadas cristianas que querían recuperar el territorio usurpado por los árabes. La creación francesa de la Marca Hispánica en el nordeste de la Península, así como la geografía montañosa del reino de Asturias o Navarra permitió que, poco a poco, la lucha cristiana fuera más fuerte y amenazante. Con Jaime I el Conquistador y la caída de Al-Andalus se comienza a reconquistar la Península Ibérica hasta que el año 1492 se cae el último reinado influenciado por los moriscos: Granada.
Desde que en el siglo VIII los musulmanes penetraran la Península para difundir su religión y cultura por más territorios, en el norte de Hispania se crearon los primeros grupos de resistencia cristianos que se iniciaron con la batalla de Covadonga capitaneada por el Rey Pelayo. Desde entonces, y hasta el siglo XV, en la Península se llevaron a cabo diferentes cruzadas cristianas que querían recuperar el territorio usurpado por los árabes. La creación francesa de la Marca Hispánica en el nordeste de la Península, así como la geografía montañosa del reino de Asturias o Navarra permitió que, poco a poco, la lucha cristiana fuera más fuerte y amenazante. Con Jaime I el Conquistador y la caída de Al-Andalus se comienza a reconquistar la Península Ibérica hasta que el año 1492 se cae el último reinado influenciado por los moriscos: Granada.