La educación en la Antigua Roma, desde los últimos siglos de la República romana, era un mecanismo vinculado a la élite social, que proporcionaba a sus hijos una educación al modo griego.1 El paedagogus (palabra griega de la que deriva la actual "pedagogo") era el esclavo que conducía al niño a la schola ("escuela").
En la primera enseñanza, el nutritor o Ptropheus era el responsable de enseñar al niño a leer y de su educación hasta la pubertad. Debía dirigirse a su padre llamándole domine (señor).
La schola ("escuela") estaba regida por el calendario religioso; las clases se daban por las mañanas y era mixta hasta los doce años. Un grammaticus era el responsable de enseñar a los niños los autores clásicos y la mitología; mientras que a las niñas, consideradas adultas a los catorce años (domina en latín, kyria en griego), podían tener un preceptor que le enseñara los clásicos.
La siguiente etapa de la educación tenía lugar en el gymnasium o palaestra. En Oriente, las principales materias eran la lengua griega, las obras de Homero, retórica, filosofía, música y deporte. En cambio, en Occidente, se enseñaba además latín, en detrimento de la música y el deporte. A los dieciséis o diecisiete años, había una bifurcación en el camino de los jóvenes, que tenían que decidirse por el ejército o los estudios.
La educación en la Antigua Roma, desde los últimos siglos de la República romana, era un mecanismo vinculado a la élite social, que proporcionaba a sus hijos una educación al modo griego.1 El paedagogus (palabra griega de la que deriva la actual "pedagogo") era el esclavo que conducía al niño a la schola ("escuela").
En la primera enseñanza, el nutritor o Ptropheus era el responsable de enseñar al niño a leer y de su educación hasta la pubertad. Debía dirigirse a su padre llamándole domine (señor).
La schola ("escuela") estaba regida por el calendario religioso; las clases se daban por las mañanas y era mixta hasta los doce años. Un grammaticus era el responsable de enseñar a los niños los autores clásicos y la mitología; mientras que a las niñas, consideradas adultas a los catorce años (domina en latín, kyria en griego), podían tener un preceptor que le enseñara los clásicos.
La siguiente etapa de la educación tenía lugar en el gymnasium o palaestra. En Oriente, las principales materias eran la lengua griega, las obras de Homero, retórica, filosofía, música y deporte. En cambio, en Occidente, se enseñaba además latín, en detrimento de la música y el deporte. A los dieciséis o diecisiete años, había una bifurcación en el camino de los jóvenes, que tenían que decidirse por el ejército o los estudios.