Leyendas históricas: son todas aquellas que narran hechos ocurridos en guerras, en conquistas o en batallas.
Leyendas etiológicas: aclaran el origen de los elementos inherentes a la naturaleza, como los ríos, lagos y montañas.
Leyendas escatológicas: acerca de las creencias y doctrinas referentes a la vida de ultratumba o viajes al inframundo (Nekyia).
Leyendas religiosas: historias de justos y pecadores, pactos con el diablo, episodios de la vida de santos.
Por su origen:
Leyendas urbanas: pertenecen al folklore contemporáneo, circulan de boca en boca, a través de generaciones.
Leyendas rurales: solo las leyendas válidas en el campo, porque no tienen lugar o adaptación para las urbanas.
Leyendas locales: es una narración popular de un municipio, condado o provincia.
Algunas leyendas pueden llegar a ser clasificadas en más de un grupo, ya que por su temática abordan más de un tema. Un ejemplo de esto, sería una leyenda acerca de una supuesta manera de contactar con un ser querido ya fallecido, que podría ser clasificada tanto como leyenda urbana, como leyenda escatológica.
Leyendas en España
Se mezclaron en la península ibérica tradiciones muy disímiles: célticas, ibéricas, romanas, visigodas, judías, árabes (y con los árabes, las tradiciones indias) en las más diversas lenguas.
Varias leyendas aparecen en el Romancero y, a través de él, en el teatro clásico español. Un verdadero vivero de leyendas es la obra de Cristóbal Lozano y la novela cortesana del Barroco. Numerosos escritores eclesiásticos compilaron leyendas y tradiciones piadosas en distintas colecciones, la más conocida de las cuales, pero no la única, es el Flos sanctorum.
Pero a partir del siglo XIX los románticos empiezan a experimentar interés por recogerlas, estudiarlas o incluso imitarlas. En 1838 se publican ya unas Leyendas y novelas jerezanas; en 1869, 1872 y 1874 aparecen ediciones sucesivas de unas Leyendas y tradiciones populares de todos los países sobre la Santísima Virgen María, recogidas y ordenadas por una Sociedad Religiosa. En 1853 Agustín Durán, que había ya publicado los dos tomos de su monumental Romancero general o colección de romances castellanos (BAE, t. X y XVI), publicó la Leyenda de las tres toronjas del vergel de Amor. Ángel de Saavedra, duque de Rivas, cultiva el género de la leyenda en verso y Fernán Caballero traduce leyendas alemanas y compila y reúne colecciones de las españolas. Las de Gustavo Adolfo Bécquer, tanto las publicadas como las recopiladas póstumamente, son de las más expresivas en prosa, pero tampoco desmerecen las leyendas en verso de José Zorrilla y de José Joaquín de Mora. Tras Washington Irving, el arabista Francisco Javier Simonet publicó en 1858 La Alhambra: leyendas históricas árabes; José Lamarque de Novoa publicó Leyendas históricas y tradiciones (Sevilla, 1867); Antonia Díaz Fernández de Lamarque, Flores marchitas: baladas y leyendas (Sevilla, 1877); Manuel Cano y Cueto se ocupó de las leyendas sobre Miguel Mañara (1873), y a estos nombres habría que añadir otros muchos no menos importantes, como María Coronel, Josefa Ugarte y Casanz, Teodomiro Ramírez de Arellano, José María Goizueta etcétera.
En 1914 el importante centro de estudios folclóricos que era entonces Sevilla auspició la traducción de La formación de las leyendas de Arnold van Gennep. En 1953 supuso un hito la aparición de la Antología de leyendas de la literatura universal por parte del filósofo Vicente García de Diego, con un denso y extenso estudio preliminar y una selección de las mejores leyendas españolas agrupadas por regiones, y de otros países de todo el mundo. La última contribución importante a estos estudios es sin duda la de Julio Caro Baroja, un gran estudioso de la literatura de cordel, De arquetipos y leyendas (Barcelona: Círculo de Lectores, 1989).
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Respuesta:
Se pueden clasificar de dos formas:
Por su temática:
Leyendas históricas: son todas aquellas que narran hechos ocurridos en guerras, en conquistas o en batallas.
Leyendas etiológicas: aclaran el origen de los elementos inherentes a la naturaleza, como los ríos, lagos y montañas.
Leyendas escatológicas: acerca de las creencias y doctrinas referentes a la vida de ultratumba o viajes al inframundo (Nekyia).
Leyendas religiosas: historias de justos y pecadores, pactos con el diablo, episodios de la vida de santos.
Por su origen:
Leyendas urbanas: pertenecen al folklore contemporáneo, circulan de boca en boca, a través de generaciones.
Leyendas rurales: solo las leyendas válidas en el campo, porque no tienen lugar o adaptación para las urbanas.
Leyendas locales: es una narración popular de un municipio, condado o provincia.
Algunas leyendas pueden llegar a ser clasificadas en más de un grupo, ya que por su temática abordan más de un tema. Un ejemplo de esto, sería una leyenda acerca de una supuesta manera de contactar con un ser querido ya fallecido, que podría ser clasificada tanto como leyenda urbana, como leyenda escatológica.
Leyendas en España
Se mezclaron en la península ibérica tradiciones muy disímiles: célticas, ibéricas, romanas, visigodas, judías, árabes (y con los árabes, las tradiciones indias) en las más diversas lenguas.
Varias leyendas aparecen en el Romancero y, a través de él, en el teatro clásico español. Un verdadero vivero de leyendas es la obra de Cristóbal Lozano y la novela cortesana del Barroco. Numerosos escritores eclesiásticos compilaron leyendas y tradiciones piadosas en distintas colecciones, la más conocida de las cuales, pero no la única, es el Flos sanctorum.
Pero a partir del siglo XIX los románticos empiezan a experimentar interés por recogerlas, estudiarlas o incluso imitarlas. En 1838 se publican ya unas Leyendas y novelas jerezanas; en 1869, 1872 y 1874 aparecen ediciones sucesivas de unas Leyendas y tradiciones populares de todos los países sobre la Santísima Virgen María, recogidas y ordenadas por una Sociedad Religiosa. En 1853 Agustín Durán, que había ya publicado los dos tomos de su monumental Romancero general o colección de romances castellanos (BAE, t. X y XVI), publicó la Leyenda de las tres toronjas del vergel de Amor. Ángel de Saavedra, duque de Rivas, cultiva el género de la leyenda en verso y Fernán Caballero traduce leyendas alemanas y compila y reúne colecciones de las españolas. Las de Gustavo Adolfo Bécquer, tanto las publicadas como las recopiladas póstumamente, son de las más expresivas en prosa, pero tampoco desmerecen las leyendas en verso de José Zorrilla y de José Joaquín de Mora. Tras Washington Irving, el arabista Francisco Javier Simonet publicó en 1858 La Alhambra: leyendas históricas árabes; José Lamarque de Novoa publicó Leyendas históricas y tradiciones (Sevilla, 1867); Antonia Díaz Fernández de Lamarque, Flores marchitas: baladas y leyendas (Sevilla, 1877); Manuel Cano y Cueto se ocupó de las leyendas sobre Miguel Mañara (1873), y a estos nombres habría que añadir otros muchos no menos importantes, como María Coronel, Josefa Ugarte y Casanz, Teodomiro Ramírez de Arellano, José María Goizueta etcétera.
En 1914 el importante centro de estudios folclóricos que era entonces Sevilla auspició la traducción de La formación de las leyendas de Arnold van Gennep. En 1953 supuso un hito la aparición de la Antología de leyendas de la literatura universal por parte del filósofo Vicente García de Diego, con un denso y extenso estudio preliminar y una selección de las mejores leyendas españolas agrupadas por regiones, y de otros países de todo el mundo. La última contribución importante a estos estudios es sin duda la de Julio Caro Baroja, un gran estudioso de la literatura de cordel, De arquetipos y leyendas (Barcelona: Círculo de Lectores, 1989).
Explicación:
Respuesta:
la leyenda se clasifica por dos
leyendas historicas
leyendas etiologicas
ademas hacen parte del genero narrativo
Explicación: