Como Saulo De Tarzo se convierte en disipulo de Jesús?
rodocz
CUANDO Saulo de Tarso iba en camino de Damasco con la intención de perseguir a los cristianos, una luz celestial fulguró alrededor de él, y él oyó una voz que le decía: “‘Saulo, Saulo, ¿por qué me estás persiguiendo?’ Dijo: ‘¿Quién eres, Señor?’ Dijo él: ‘Soy Jesús, a quien tú estás persiguiendo. Sin embargo, levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que tienes que hacer’”. (Hechos 9:3-6.) ¿Por qué hizo Jesús que Saulo de Tarso pasara por aquella experiencia? Jesús se lo explicó al discípulo Ananías: “Este hombre [Saulo] me es un vaso escogido para llevar mi nombre a las naciones así como a reyes y a los hijos de Israel”. Ananías obedeció, fue adonde estaba Saulo, le impuso las manos, y le dijo: “Jesús que se te apareció en el camino por el cual venías, me ha enviado, para que recobres la vista y seas lleno de espíritu santo” (Hechos 9:15, 17). Tan pronto como recobró la vista, Saulo se bautizó, y comenzó a asociarse con la congregación cristiana de Damasco. Ahora, como ministro cristiano bautizado, enseguida se ocupó en predicar celosamente las buenas nuevas acerca de Jesús, el Hijo de Dios, entre los judíos. (Hechos 9:20-22.) Este celoso ministro es mejor conocido como el apóstol Pablo. Siempre habló muy bien de su ministerio y de la bondad inmerecida que se le mostró. “Estoy agradecido a Cristo Jesús nuestro Señor, que me impartió poder, porque me consideró fiel, asignándome a un ministerio, aunque antes era blasfemo y perseguidor y hombre insolente. No obstante, se me mostró misericordia, porque era ignorante y obré con falta de fe.” (1 Timoteo 1:12-14.) Sí, apreciaba muchísimo el ministerio. (Romanos 11:13; 2 Corintios 4:7.) Dichas expresiones de Pablo ilustran la evaluación del ministerio que él mantuvo durante toda su carrera. No cayó en la condición que una vez existió en la congregación de Éfeso, a la que Jesús dijo: “Tengo esto contra ti: que has dejado el amor que tenías al principio” (Revelación 2:4). Más bien, Pablo mantuvo ante sí su meta y se mantuvo con el mismo celo y entusiasmo que había tenido por el ministerio en los primeros días en Damasco. Después de haber sido un fiel ministro cristiano por décadas, Pablo usó sus propios antecedentes y experiencias para animar a sus compañeros ministros de la congregación de Filipos para que éstos no se rindieran. ¿No es cierto que por lo general es muy interesante oír cómo cierta persona ha aprendido la verdad y llegado a ser ministro? En armonía con esto, ¿se vale usted de su mismísima historia personal y de sus años de fiel servicio como ministro cristiano dedicado para animar a otras personas? En su carta a los filipenses, Pablo podía referirse a su vida de judío practicante. Dijo: “Si algún otro cree que tiene base para confianza en la carne, yo con más razón: circuncidado al octavo día, del linaje familiar de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo nacido de hebreos; respecto a la ley, fariseo; respecto a celo, persiguiendo a la congregación; respecto a la justicia que es por medio de ley, uno que se probó intachable”. (Filipenses 3:4-6.) Con tales antecedentes, Pablo pudo haber tenido muchas ventajas materiales en asociación con los judíos. Sin embargo, pasó a decir: “Cuantas cosas eran para mí ganancias, éstas las he considerado pérdida a causa del Cristo. Pues, en cuanto a eso, de veras sí considero también que todas las cosas son pérdida a causa del sobresaliente valor del conocimiento de Cristo Jesús mi Señor. Por motivo de él he sufrido la pérdida de todas las cosas y las considero como un montón de basura, [...] a fin de conocerle a él y el poder de su resurrección y una participación en sus sufrimientos, sometiéndome a una muerte como la de él, para ver si de algún modo puedo lograr alcanzar la resurrección más temprana de entre los muertos” (Filipenses 3:7-11). Estas palabras demuestran completa fe en Cristo Jesús y en las provisiones que Jehová ha hecho. ¿Es usted como Pablo al no dejar que el deseo de tener prominencia o ganancias materiales dominen su vida?
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LMKJ3PA7
Porque tubo un encuentro personalmente con jesus cuando estaba de camino a Damasco desde ese momento comenso a creer en jesus !!! ☺️
¿Por qué hizo Jesús que Saulo de Tarso pasara por aquella experiencia? Jesús se lo explicó al discípulo Ananías: “Este hombre [Saulo] me es un vaso escogido para llevar mi nombre a las naciones así como a reyes y a los hijos de Israel”. Ananías obedeció, fue adonde estaba Saulo, le impuso las manos, y le dijo: “Jesús que se te apareció en el camino por el cual venías, me ha enviado, para que recobres la vista y seas lleno de espíritu santo” (Hechos 9:15, 17). Tan pronto como recobró la vista, Saulo se bautizó, y comenzó a asociarse con la congregación cristiana de Damasco. Ahora, como ministro cristiano bautizado, enseguida se ocupó en predicar celosamente las buenas nuevas acerca de Jesús, el Hijo de Dios, entre los judíos. (Hechos 9:20-22.)
Este celoso ministro es mejor conocido como el apóstol Pablo. Siempre habló muy bien de su ministerio y de la bondad inmerecida que se le mostró. “Estoy agradecido a Cristo Jesús nuestro Señor, que me impartió poder, porque me consideró fiel, asignándome a un ministerio, aunque antes era blasfemo y perseguidor y hombre insolente. No obstante, se me mostró misericordia, porque era ignorante y obré con falta de fe.” (1 Timoteo 1:12-14.) Sí, apreciaba muchísimo el ministerio. (Romanos 11:13; 2 Corintios 4:7.)
Dichas expresiones de Pablo ilustran la evaluación del ministerio que él mantuvo durante toda su carrera. No cayó en la condición que una vez existió en la congregación de Éfeso, a la que Jesús dijo: “Tengo esto contra ti: que has dejado el amor que tenías al principio” (Revelación 2:4). Más bien, Pablo mantuvo ante sí su meta y se mantuvo con el mismo celo y entusiasmo que había tenido por el ministerio en los primeros días en Damasco.
Después de haber sido un fiel ministro cristiano por décadas, Pablo usó sus propios antecedentes y experiencias para animar a sus compañeros ministros de la congregación de Filipos para que éstos no se rindieran. ¿No es cierto que por lo general es muy interesante oír cómo cierta persona ha aprendido la verdad y llegado a ser ministro? En armonía con esto, ¿se vale usted de su mismísima historia personal y de sus años de fiel servicio como ministro cristiano dedicado para animar a otras personas?
En su carta a los filipenses, Pablo podía referirse a su vida de judío practicante. Dijo: “Si algún otro cree que tiene base para confianza en la carne, yo con más razón: circuncidado al octavo día, del linaje familiar de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo nacido de hebreos; respecto a la ley, fariseo; respecto a celo, persiguiendo a la congregación; respecto a la justicia que es por medio de ley, uno que se probó intachable”. (Filipenses 3:4-6.)
Con tales antecedentes, Pablo pudo haber tenido muchas ventajas materiales en asociación con los judíos. Sin embargo, pasó a decir: “Cuantas cosas eran para mí ganancias, éstas las he considerado pérdida a causa del Cristo. Pues, en cuanto a eso, de veras sí considero también que todas las cosas son pérdida a causa del sobresaliente valor del conocimiento de Cristo Jesús mi Señor. Por motivo de él he sufrido la pérdida de todas las cosas y las considero como un montón de basura, [...] a fin de conocerle a él y el poder de su resurrección y una participación en sus sufrimientos, sometiéndome a una muerte como la de él, para ver si de algún modo puedo lograr alcanzar la resurrección más temprana de entre los muertos” (Filipenses 3:7-11). Estas palabras demuestran completa fe en Cristo Jesús y en las provisiones que Jehová ha hecho. ¿Es usted como Pablo al no dejar que el deseo de tener prominencia o ganancias materiales dominen su vida?