La sociedad ecuatoriana se caracteriza por su diversidad cultural y étnica. El preámbulo de la Constitución del Ecuador, vigente desde el 2008, señala la decisión de construir una nueva forma de convivencia ciudadana en diversidad y armonía de la naturaleza para alcanzar el buen vivir, el sumak kawsay. Más adelante, al desarrollar los principios fundamentales del Estado, se reconoce a nuestro país como intercultural y plurinacional y se define el concepto de nacionalidad ecuatoriana como un vínculo jurídico de las personas con el Estado, sin perjuicio de su pertenencia a alguna de las nacionalidades indígenas que coexisten en el Ecuador plurinacional.
Siguiendo las disposiciones constitucionales, surge el Plan Nacional para el Buen Vivir 2009-2013. El mismo que constituye un primer paso para la construcción del Sistema Nacional Descentralizado de Planificación Participativa, cuyo fin es descentralizar el poder y construir el Estado Plurinacional e Intercultural que permita alcanzar el Sumak Kawsay de los y las ecuatorianas. Se plantearon doce objetivos nacionales, entre ellos el Objetivo 8: “Afirmar y fortalecer la identidad nacional, las identidades diversas, la plurinacionalidad y la interculturalidad”.
Para construir una sociedad democrática y pluralista la orientación estratégica busca la transformación en tres planos: a. el socio–económico, para asegurar la igualdad; b. el político, que permita cambios en las estructuras de poder, de manera que la diferencia deje de ser un elemento de opresión; y c. el socio–cultural, encaminado al reconocimiento de la diferencia y a abrir las posibilidades para un aprendizaje entre culturas.
El Consejo Nacional de Desarrollo de las Nacionalidades Indígenas y Pueblos del Ecuador reconoce a estos grupos minoritarios bajo el amparo de 14 nacionalidades y 18 pueblos indígenas. A ello, nos permitimos añadir al componente social del Ecuador a los pueblos afro-descendientes y a los pueblos montubios.
La interculturalidad se puede definir como el proceso de comunicación e interacción entre personas y grupos con identidades culturales específicas, donde no se permite que las ideas y acciones de una persona o grupo cultural esté por encima del otro, favoreciendo en todo momento el diálogo, la concertación y, con ello, la integración y convivencia enriquecida entre culturas.
Las relaciones interculturales se emplean en el respeto a la diversidad y el enriquecimiento mutuo; sin embargo, no es un proceso exento de conflictos. Estos pueden resolverse mediante el proceso del respeto, la generación de contextos de horizontalidad para la comunicación, el diálogo, la escucha mutua, el acceso equitativo y oportuno a la información pertinente, la búsqueda de la concertación y la sinergia.
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La sociedad ecuatoriana se caracteriza por su diversidad cultural y étnica. El preámbulo de la Constitución del Ecuador, vigente desde el 2008, señala la decisión de construir una nueva forma de convivencia ciudadana en diversidad y armonía de la naturaleza para alcanzar el buen vivir, el sumak kawsay. Más adelante, al desarrollar los principios fundamentales del Estado, se reconoce a nuestro país como intercultural y plurinacional y se define el concepto de nacionalidad ecuatoriana como un vínculo jurídico de las personas con el Estado, sin perjuicio de su pertenencia a alguna de las nacionalidades indígenas que coexisten en el Ecuador plurinacional.
Siguiendo las disposiciones constitucionales, surge el Plan Nacional para el Buen Vivir 2009-2013. El mismo que constituye un primer paso para la construcción del Sistema Nacional Descentralizado de Planificación Participativa, cuyo fin es descentralizar el poder y construir el Estado Plurinacional e Intercultural que permita alcanzar el Sumak Kawsay de los y las ecuatorianas. Se plantearon doce objetivos nacionales, entre ellos el Objetivo 8: “Afirmar y fortalecer la identidad nacional, las identidades diversas, la plurinacionalidad y la interculturalidad”.
Para construir una sociedad democrática y pluralista la orientación estratégica busca la transformación en tres planos: a. el socio–económico, para asegurar la igualdad; b. el político, que permita cambios en las estructuras de poder, de manera que la diferencia deje de ser un elemento de opresión; y c. el socio–cultural, encaminado al reconocimiento de la diferencia y a abrir las posibilidades para un aprendizaje entre culturas.
El Consejo Nacional de Desarrollo de las Nacionalidades Indígenas y Pueblos del Ecuador reconoce a estos grupos minoritarios bajo el amparo de 14 nacionalidades y 18 pueblos indígenas. A ello, nos permitimos añadir al componente social del Ecuador a los pueblos afro-descendientes y a los pueblos montubios.
Explicación:
La interculturalidad se puede definir como el proceso de comunicación e interacción entre personas y grupos con identidades culturales específicas, donde no se permite que las ideas y acciones de una persona o grupo cultural esté por encima del otro, favoreciendo en todo momento el diálogo, la concertación y, con ello, la integración y convivencia enriquecida entre culturas.
Las relaciones interculturales se emplean en el respeto a la diversidad y el enriquecimiento mutuo; sin embargo, no es un proceso exento de conflictos. Estos pueden resolverse mediante el proceso del respeto, la generación de contextos de horizontalidad para la comunicación, el diálogo, la escucha mutua, el acceso equitativo y oportuno a la información pertinente, la búsqueda de la concertación y la sinergia.