Solemos culpar exclusivamente a la naturaleza de la existencia de catástrofes naturales en el mundo. Pero en gran medida, estos desastres están directamente relacionados con la acción humana. Por un lado está el cambio climático; por otro, la falta de previsión, la ocupación de zonas de riesgo o el deterioro del entorno natural por las alteraciones del terreno son, muchas veces, los máximos responsables de los daños materiales y de las tragedias humanas que se producen después.
Evidentemente el grado de desarrollo está directamente relacionado con la propensión a sufrir desastres naturales. Las catástrofes afectan en mayor medida a los países subdesarrollados, que son más vulnerables y tienen menor capacidad para afrontar estas situaciones. Ellos son los que soportan las mayores pérdidas de vidas humanas, sociales y económicas.
Solemos culpar exclusivamente a la naturaleza de la existencia de catástrofes naturales en el mundo. Pero en gran medida, estos desastres están directamente relacionados con la acción humana. Por un lado está el cambio climático; por otro, la falta de previsión, la ocupación de zonas de riesgo o el deterioro del entorno natural por las alteraciones del terreno son, muchas veces, los máximos responsables de los daños materiales y de las tragedias humanas que se producen después.
Evidentemente el grado de desarrollo está directamente relacionado con la propensión a sufrir desastres naturales. Las catástrofes afectan en mayor medida a los países subdesarrollados, que son más vulnerables y tienen menor capacidad para afrontar estas situaciones. Ellos son los que soportan las mayores pérdidas de vidas humanas, sociales y económicas.