En todo el planeta, el volumen total de agua existente es de unos 1.400 millones de km³, de los cuales una inmensa mayoría son de agua salada (el 97,5%, 1.365 millones de km³). De agua dulce sólo existe el resto, el 2,5%: 35 millones de km³. Dentro de ese porcentaje de agua dulce, el 68,9% (unos 24 millones de km³) se encuentra en forma de hielo y nieves perpetuas en las regiones antárticas y árticas, mientras que el 30,8% (unos 10,8 millones de km³) se encuentra almacenada en el subsuelo. Solamente el 0,3% del agua dulce (unos 105.000 km³) se encuentra en ríos y lagos. Por tanto, el agua dulce utilizable para el consumo humano es sólo una parte del agua de los ríos y lagos así como de los acuíferos, pudiendo alcanzar los 200.000 km³ lo que equivale a algo menos del 0,6% del agua dulce disponible, o al 0,014% del agua existente en la tierra.
De ahí que sea tan importante que el agua que consumimos lo hagamos de manera responsable. Un uso adecuado de este recurso limitado es crucial para que generaciones futuras puedan disfrutar y disponer de ella.
Y, ¿cómo podemos nosotros consumir de manera responsable el agua doméstica, y en su caso, reutilizarla? Te damos unas cuantas claves:
Recoger el agua de lluvia
Coloca cubos fuera de tu casa para que el agua de lluvia se acumule, o aprovecha las canaletas y desagües de la casa para juntar agua. Utiliza el agua recogida para regar las plantas, lavar el coche y limpiar los muebles de exterior. Algunas personas llegan a instalar en su hogar todo un sistema de recolección de aguas pluviales.
Aprovechar el agua fría de la ducha
En la ducha siempre hay que esperar algo de tiempo hasta que el agua sale a la temperatura deseada; mientras lo haces recoge el agua en cubos y luego utilízala para usarla en el retrete, regar las plantas y limpiar los suelos.
Recoger las aguas grises
Estas aguas proceden del uso de la ducha, la lavadora o el fregadero. Puedes volver a usarlas —incluso para regar el jardín— siempre y cuando no contenga químicos. Se puede instalar un sistema que conecte los desagües de los lavabos y bañeras a un depósito. En dicho depósito se realizarán los tratamientos adecuados de depuración que dejan el agua lista para la reutilización y llevar el agua hacia las cisternas.
Poner platos en las macetas
Coloca bajo las macetas de tus plantas un plato que recoja el agua sobrante del riego y usa el exceso para regar otras.
No tirar el agua de las ollas
El agua que utilizas para cocinar la verdura es ideal para regar las plantas.
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Respuesta:
En todo el planeta, el volumen total de agua existente es de unos 1.400 millones de km³, de los cuales una inmensa mayoría son de agua salada (el 97,5%, 1.365 millones de km³). De agua dulce sólo existe el resto, el 2,5%: 35 millones de km³. Dentro de ese porcentaje de agua dulce, el 68,9% (unos 24 millones de km³) se encuentra en forma de hielo y nieves perpetuas en las regiones antárticas y árticas, mientras que el 30,8% (unos 10,8 millones de km³) se encuentra almacenada en el subsuelo. Solamente el 0,3% del agua dulce (unos 105.000 km³) se encuentra en ríos y lagos. Por tanto, el agua dulce utilizable para el consumo humano es sólo una parte del agua de los ríos y lagos así como de los acuíferos, pudiendo alcanzar los 200.000 km³ lo que equivale a algo menos del 0,6% del agua dulce disponible, o al 0,014% del agua existente en la tierra.
De ahí que sea tan importante que el agua que consumimos lo hagamos de manera responsable. Un uso adecuado de este recurso limitado es crucial para que generaciones futuras puedan disfrutar y disponer de ella.
Y, ¿cómo podemos nosotros consumir de manera responsable el agua doméstica, y en su caso, reutilizarla? Te damos unas cuantas claves:
Recoger el agua de lluvia
Coloca cubos fuera de tu casa para que el agua de lluvia se acumule, o aprovecha las canaletas y desagües de la casa para juntar agua. Utiliza el agua recogida para regar las plantas, lavar el coche y limpiar los muebles de exterior. Algunas personas llegan a instalar en su hogar todo un sistema de recolección de aguas pluviales.
Aprovechar el agua fría de la ducha
En la ducha siempre hay que esperar algo de tiempo hasta que el agua sale a la temperatura deseada; mientras lo haces recoge el agua en cubos y luego utilízala para usarla en el retrete, regar las plantas y limpiar los suelos.
Recoger las aguas grises
Estas aguas proceden del uso de la ducha, la lavadora o el fregadero. Puedes volver a usarlas —incluso para regar el jardín— siempre y cuando no contenga químicos. Se puede instalar un sistema que conecte los desagües de los lavabos y bañeras a un depósito. En dicho depósito se realizarán los tratamientos adecuados de depuración que dejan el agua lista para la reutilización y llevar el agua hacia las cisternas.
Poner platos en las macetas
Coloca bajo las macetas de tus plantas un plato que recoja el agua sobrante del riego y usa el exceso para regar otras.
No tirar el agua de las ollas
El agua que utilizas para cocinar la verdura es ideal para regar las plantas.
Explicación:
coronita plisss