Este es probablemente uno de los pasos más desafiantes, pero también el más necesario. ¿Cuál es el mensaje que quieres transmitir? ¿Qué quieres que tus lectores (u oyentes) hagan o compartan después de escuchar tu historia? Utilizamos las historias sobre datos para transformar algo abstracto o complejo en algo que la gente pueda comprender, contextualizar y recordar fácilmente. Recuerda que “las anécdotas superan a los datos”.
Identificar una llamada a la acción nos permite enfocarnos en el diseño y la narrativa de nuestra historia, lo que incrementará las probabilidades de que nuestro público comparta la historia, se comprometa a llevar a cabo acciones concretas y/o haga los cambios deseados.
2
Elige a tu público
Pixar, el conocido estudio de animación, afirma que la regla 2 de las 22 reglas para la narración de historias es conocer quién va a ser el público de nuestra historia y cuáles son sus intereses: “Tienes que tener en cuenta lo que le interesa al público, no lo que te divierte hacer como escritor. Estas dos cosas pueden ser muy diferentes”. Considera quién va a interesarse por el mensaje que transmiten tus datos y a quién diriges la llamada a la acción. Escribe la historia para ellos.
Imagina que el público que has escogido tuviera la oportunidad de profundizar en los datos que has recopilado, ¿qué preguntas pueden surgirles? ¿A qué decisiones se enfrentarán y qué información necesitan para tomar la más adecuada? Asegúrate de incluir el punto de vista de tu público en la historia que desarrolles.
3
Sé transparente
Es importante que tu público pueda revisar los datos si tienen alguna pregunta o no están del todo de acuerdo con tu historia. Durante la recopilación, procesado y análisis de los datos, seguramente tuviste que tomar muchas decisiones acerca de qué seleccionar y cómo registrarlo todo; de un modo u otro, interpretaste algunas variables de una manera específica. Recordar todos los parámetros y decisiones que tomaste puede ser abrumador, por lo que tienes que asegurarte de documentar todo tu proceso de trabajo y compartir la información y las advertencias más relevantes con tu público.
4
Simplifica todo lo que puedas
Cuando presentes tus datos, ten siempre presente a tu público. No debes mencionar términos como la desviación estándar o el intervalo de confianza si el público no sabe demasiado sobre estadística. En este aspecto, Jeremy Taylor ha desarrollado una serie de pasos que pueden ayudarte en este proceso. Por ejemplo, recomienda comenzar mostrando estadísticas descriptivas, sintetizar los datos con antelación para enfocarte en el propio análisis, o incluso reconocer que el estudio no ha obtenido datos significativos. Si deseas profundizar más en cómo presentar datos estadísticos, también puedes leer el manual de las Naciones Unidas “Cómo hacer comprensibles los datos”.
5
Utiliza apoyos visuales para complementar la historia
Los apoyos visuales mejoran la historia que estás contando, pero la elección de qué y cómo proyectarlos es de gran importancia. Meg Cannistra, en Ceros blog, sugiere que las elecciones deberían basarse en el tipo de relación de los datos que quieres presentar. Decidir cómo vas a contar tu historia puede ser muy complicado. Siempre tienes que tener presente cuál es el objetivo de tu mensaje. Para que esta tarea sea más sencilla, aquí puedes consultar un artículo sobre diferentes tipos de apoyos visuales y cómo elegir el más adecuado según el mensaje que quieres transmitir. También, en el artículo “Narrative Visualization: Telling Stories with Data” (visualizaciones narrativas: narrar historias con datos), investigadores de Stanford analizan narraciones conducidas por autores en comparación con aquellas conducidas por los lectores; ¿Quieres comunicar un mensaje unívoco o prefieres fomentar la interacción del público con los datos?
6
Cuenta una historia sincera
En general, los seres humanos tendemos a cometer el error de ver lo que queremos creer. Si, a la hora de interpretar los datos, tu hipótesis no ha quedado clara, en ocasiones puedes “encontrar” cosas en los datos que no son válidas pero que apoyan el punto de vista que quieres probar. Por ello, asegúrate de contar una historia sincera que sea coherente con los datos, independientemente del mensaje que quieras transmitir o de la decisiones sobre la que quieras influenciar. Como referencia, en este artículo Steve Cooper presenta una serie de pautas que pueden ayudarte a la hora de interpretar tus datos. Por ejemplo, recordar cuál es el contexto, recopilar “puntos de interés”, buscar desviaciones, etc.
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jopi2011
wey como vay a escribir todo eso es mas que la tarea xd
Este es probablemente uno de los pasos más desafiantes, pero también el más necesario. ¿Cuál es el mensaje que quieres transmitir? ¿Qué quieres que tus lectores (u oyentes) hagan o compartan después de escuchar tu historia? Utilizamos las historias sobre datos para transformar algo abstracto o complejo en algo que la gente pueda comprender, contextualizar y recordar fácilmente. Recuerda que “las anécdotas superan a los datos”.
Identificar una llamada a la acción nos permite enfocarnos en el diseño y la narrativa de nuestra historia, lo que incrementará las probabilidades de que nuestro público comparta la historia, se comprometa a llevar a cabo acciones concretas y/o haga los cambios deseados.
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Elige a tu público
Pixar, el conocido estudio de animación, afirma que la regla 2 de las 22 reglas para la narración de historias es conocer quién va a ser el público de nuestra historia y cuáles son sus intereses: “Tienes que tener en cuenta lo que le interesa al público, no lo que te divierte hacer como escritor. Estas dos cosas pueden ser muy diferentes”. Considera quién va a interesarse por el mensaje que transmiten tus datos y a quién diriges la llamada a la acción. Escribe la historia para ellos.
Imagina que el público que has escogido tuviera la oportunidad de profundizar en los datos que has recopilado, ¿qué preguntas pueden surgirles? ¿A qué decisiones se enfrentarán y qué información necesitan para tomar la más adecuada? Asegúrate de incluir el punto de vista de tu público en la historia que desarrolles.
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:)
Explicación:
Define una llamada a la acción
Este es probablemente uno de los pasos más desafiantes, pero también el más necesario. ¿Cuál es el mensaje que quieres transmitir? ¿Qué quieres que tus lectores (u oyentes) hagan o compartan después de escuchar tu historia? Utilizamos las historias sobre datos para transformar algo abstracto o complejo en algo que la gente pueda comprender, contextualizar y recordar fácilmente. Recuerda que “las anécdotas superan a los datos”.
Identificar una llamada a la acción nos permite enfocarnos en el diseño y la narrativa de nuestra historia, lo que incrementará las probabilidades de que nuestro público comparta la historia, se comprometa a llevar a cabo acciones concretas y/o haga los cambios deseados.
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Elige a tu público
Pixar, el conocido estudio de animación, afirma que la regla 2 de las 22 reglas para la narración de historias es conocer quién va a ser el público de nuestra historia y cuáles son sus intereses: “Tienes que tener en cuenta lo que le interesa al público, no lo que te divierte hacer como escritor. Estas dos cosas pueden ser muy diferentes”. Considera quién va a interesarse por el mensaje que transmiten tus datos y a quién diriges la llamada a la acción. Escribe la historia para ellos.
Imagina que el público que has escogido tuviera la oportunidad de profundizar en los datos que has recopilado, ¿qué preguntas pueden surgirles? ¿A qué decisiones se enfrentarán y qué información necesitan para tomar la más adecuada? Asegúrate de incluir el punto de vista de tu público en la historia que desarrolles.
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Sé transparente
Es importante que tu público pueda revisar los datos si tienen alguna pregunta o no están del todo de acuerdo con tu historia. Durante la recopilación, procesado y análisis de los datos, seguramente tuviste que tomar muchas decisiones acerca de qué seleccionar y cómo registrarlo todo; de un modo u otro, interpretaste algunas variables de una manera específica. Recordar todos los parámetros y decisiones que tomaste puede ser abrumador, por lo que tienes que asegurarte de documentar todo tu proceso de trabajo y compartir la información y las advertencias más relevantes con tu público.
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Simplifica todo lo que puedas
Cuando presentes tus datos, ten siempre presente a tu público. No debes mencionar términos como la desviación estándar o el intervalo de confianza si el público no sabe demasiado sobre estadística. En este aspecto, Jeremy Taylor ha desarrollado una serie de pasos que pueden ayudarte en este proceso. Por ejemplo, recomienda comenzar mostrando estadísticas descriptivas, sintetizar los datos con antelación para enfocarte en el propio análisis, o incluso reconocer que el estudio no ha obtenido datos significativos. Si deseas profundizar más en cómo presentar datos estadísticos, también puedes leer el manual de las Naciones Unidas “Cómo hacer comprensibles los datos”.
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Utiliza apoyos visuales para complementar la historia
Los apoyos visuales mejoran la historia que estás contando, pero la elección de qué y cómo proyectarlos es de gran importancia. Meg Cannistra, en Ceros blog, sugiere que las elecciones deberían basarse en el tipo de relación de los datos que quieres presentar. Decidir cómo vas a contar tu historia puede ser muy complicado. Siempre tienes que tener presente cuál es el objetivo de tu mensaje. Para que esta tarea sea más sencilla, aquí puedes consultar un artículo sobre diferentes tipos de apoyos visuales y cómo elegir el más adecuado según el mensaje que quieres transmitir. También, en el artículo “Narrative Visualization: Telling Stories with Data” (visualizaciones narrativas: narrar historias con datos), investigadores de Stanford analizan narraciones conducidas por autores en comparación con aquellas conducidas por los lectores; ¿Quieres comunicar un mensaje unívoco o prefieres fomentar la interacción del público con los datos?
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Cuenta una historia sincera
En general, los seres humanos tendemos a cometer el error de ver lo que queremos creer. Si, a la hora de interpretar los datos, tu hipótesis no ha quedado clara, en ocasiones puedes “encontrar” cosas en los datos que no son válidas pero que apoyan el punto de vista que quieres probar. Por ello, asegúrate de contar una historia sincera que sea coherente con los datos, independientemente del mensaje que quieras transmitir o de la decisiones sobre la que quieras influenciar. Como referencia, en este artículo Steve Cooper presenta una serie de pautas que pueden ayudarte a la hora de interpretar tus datos. Por ejemplo, recordar cuál es el contexto, recopilar “puntos de interés”, buscar desviaciones, etc.
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Define una llamada a la acción
Este es probablemente uno de los pasos más desafiantes, pero también el más necesario. ¿Cuál es el mensaje que quieres transmitir? ¿Qué quieres que tus lectores (u oyentes) hagan o compartan después de escuchar tu historia? Utilizamos las historias sobre datos para transformar algo abstracto o complejo en algo que la gente pueda comprender, contextualizar y recordar fácilmente. Recuerda que “las anécdotas superan a los datos”.
Identificar una llamada a la acción nos permite enfocarnos en el diseño y la narrativa de nuestra historia, lo que incrementará las probabilidades de que nuestro público comparta la historia, se comprometa a llevar a cabo acciones concretas y/o haga los cambios deseados.
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Elige a tu público
Pixar, el conocido estudio de animación, afirma que la regla 2 de las 22 reglas para la narración de historias es conocer quién va a ser el público de nuestra historia y cuáles son sus intereses: “Tienes que tener en cuenta lo que le interesa al público, no lo que te divierte hacer como escritor. Estas dos cosas pueden ser muy diferentes”. Considera quién va a interesarse por el mensaje que transmiten tus datos y a quién diriges la llamada a la acción. Escribe la historia para ellos.
Imagina que el público que has escogido tuviera la oportunidad de profundizar en los datos que has recopilado, ¿qué preguntas pueden surgirles? ¿A qué decisiones se enfrentarán y qué información necesitan para tomar la más adecuada? Asegúrate de incluir el punto de vista de tu público en la historia que desarrolles.