El efecto de la globalización en la distribución del ingreso sigue siendo hoy día un tema ampliamente discutido en círculos académicos y políticos. El debate es parcialmente motivado por la complejidad de los canales a través de los cuales la globalización —término utilizado aquí para incluir liberalización comercial y la integración al mercado mundial— afecta la inequidad y la pobreza en un país.
La teoría predice que bajo condiciones de libre comercio un país se especializará y exportará aquellos bienes que utilizan intensivamente los factores productivos que posee en abundancia e importará aquellos bienes para cuya producción se utilizan factores que son escasos. Es decir, la teoría predice que los países subdesarrollados tendrían ventaja comparativa en la producción y exportación de bienes intensivos en mano de obra no calificada, pues poseen mayor cantidad de este tipo de trabajadores que los desarrollados.
También dice la teoría que la mayor apertura comercial tendría un efecto igualador del ingreso entre los países especializados en la producción de este tipo bienes. El comercio internacional incrementaría la demanda y los salarios de los trabajadores no calificados vinculados a los sectores exportadores y disminuiría la demanda y los salarios de los trabajadores calificados de sectores importadores. La teoría predice que la desigualdad en el ingreso debe disminuir en los países abiertos al comercio internacional.
En Colombia, basados en estas premisas, se introdujeron a principios de la década de noventa profundas reformas en materia de política comercial que aumentaron el grado de apertura, lo cual se tradujo en un incremento continuo de las exportaciones y las importaciones. Sin embargo, el índice de Gini, utilizado para medir la desigualdad en la distribución del ingreso, se incrementó en un 3%, pasando del 51% para 1992 al 54% para 2012.
De otra parte, investigaciones empíricas efectuadas para evaluar el impacto de la liberalización comercial en los salarios encuentran una relación significativa entre el aumento de las brechas salariales y el aumento del comercio.
Estos resultados permiten concluir que la liberalización del comercio en Colombia no ha contribuido a la disminución de la desigualdad; el país continúa registrando niveles muy elevados si se le compara con países desarrollados o incluso con otros de similar grado de desarrollo. La desigualdad en el país es un problema estructural que demanda cambios institucionales profundos que generen una más equitativa distribución del ingreso.
El efecto de la globalización en la distribución del ingreso sigue siendo hoy día un tema ampliamente discutido en círculos académicos y políticos. El debate es parcialmente motivado por la complejidad de los canales a través de los cuales la globalización —término utilizado aquí para incluir liberalización comercial y la integración al mercado mundial— afecta la inequidad y la pobreza en un país.
La teoría predice que bajo condiciones de libre comercio un país se especializará y exportará aquellos bienes que utilizan intensivamente los factores productivos que posee en abundancia e importará aquellos bienes para cuya producción se utilizan factores que son escasos. Es decir, la teoría predice que los países subdesarrollados tendrían ventaja comparativa en la producción y exportación de bienes intensivos en mano de obra no calificada, pues poseen mayor cantidad de este tipo de trabajadores que los desarrollados.
También dice la teoría que la mayor apertura comercial tendría un efecto igualador del ingreso entre los países especializados en la producción de este tipo bienes. El comercio internacional incrementaría la demanda y los salarios de los trabajadores no calificados vinculados a los sectores exportadores y disminuiría la demanda y los salarios de los trabajadores calificados de sectores importadores. La teoría predice que la desigualdad en el ingreso debe disminuir en los países abiertos al comercio internacional.
En Colombia, basados en estas premisas, se introdujeron a principios de la década de noventa profundas reformas en materia de política comercial que aumentaron el grado de apertura, lo cual se tradujo en un incremento continuo de las exportaciones y las importaciones. Sin embargo, el índice de Gini, utilizado para medir la desigualdad en la distribución del ingreso, se incrementó en un 3%, pasando del 51% para 1992 al 54% para 2012.
De otra parte, investigaciones empíricas efectuadas para evaluar el impacto de la liberalización comercial en los salarios encuentran una relación significativa entre el aumento de las brechas salariales y el aumento del comercio.
Estos resultados permiten concluir que la liberalización del comercio en Colombia no ha contribuido a la disminución de la desigualdad; el país continúa registrando niveles muy elevados si se le compara con países desarrollados o incluso con otros de similar grado de desarrollo. La desigualdad en el país es un problema estructural que demanda cambios institucionales profundos que generen una más equitativa distribución del ingreso.