El estudio científico sobre las relaciones o polarizaciones entre los componentes naturales y los sociales en un espacio no es de ninguna manera novedoso. En los últimos cien años, tan sólo la antropología —en su orientación ecológica— y la geografía han estudiado los vínculos entre diversas colectividades humanas y sus ambientes. La antropogeografía, la ecología cultural, la antropología cognitiva, la ecología humana, la ecología del paisaje o la etnoecología, son algunos de los enfoques desde los cuales se ha indagado en torno al vínculo naturaleza–sociedad (Milton, 1996; 1997). En distintos momentos y con argumentos diversos, se ponderó acríticamente la hegemonía de la una sobre la otra. Dicha polaridad fue reforzada por una rígida división académica del trabajo y de estructuras institucionales divididas en "ciencias duras", físicas y biológicas, y en "ciencias blandas", sociales y humanidades. Sin embargo, como referente epistémico, dicha dicotomía se ha vuelto por demás inoperante ante la emergencia de nuestras realidades ambientales.
Respuesta:
El estudio científico sobre las relaciones o polarizaciones entre los componentes naturales y los sociales en un espacio no es de ninguna manera novedoso. En los últimos cien años, tan sólo la antropología —en su orientación ecológica— y la geografía han estudiado los vínculos entre diversas colectividades humanas y sus ambientes. La antropogeografía, la ecología cultural, la antropología cognitiva, la ecología humana, la ecología del paisaje o la etnoecología, son algunos de los enfoques desde los cuales se ha indagado en torno al vínculo naturaleza–sociedad (Milton, 1996; 1997). En distintos momentos y con argumentos diversos, se ponderó acríticamente la hegemonía de la una sobre la otra. Dicha polaridad fue reforzada por una rígida división académica del trabajo y de estructuras institucionales divididas en "ciencias duras", físicas y biológicas, y en "ciencias blandas", sociales y humanidades. Sin embargo, como referente epistémico, dicha dicotomía se ha vuelto por demás inoperante ante la emergencia de nuestras realidades ambientales.
Explicación:
de nada:3