Respuesta: PARA BIEN O PARA MAL, el tema de la independencia continuará obsesionando por un tiempo indeterminado a todos los peruanos. Y está bien que así sea. Quizá porque es una coyuntura histórica a la que se suele remitir el origen de un conjunto de símbolos y rituales sobre los cuales se ha sostenido —y se sostiene— el Perú republicano, el Estado, las ideas de “nación” y los “nacionalismos”, el problema de la gobernabilidad, el patriotismo, las demarcaciones territoriales, las fronteras, las posibilidades de la democracia y la persistencia del autoritarismo. No hay que olvidar que el 28 de julio es la efeméride por excelencia y que sirve para legitimar el sistema político contemporáneo. Entonces, también se trata del síntoma de un malestar que afecta a todos los peruanos, más que un asunto estrictamente historiográfico.
Respuesta: PARA BIEN O PARA MAL, el tema de la independencia continuará obsesionando por un tiempo indeterminado a todos los peruanos. Y está bien que así sea. Quizá porque es una coyuntura histórica a la que se suele remitir el origen de un conjunto de símbolos y rituales sobre los cuales se ha sostenido —y se sostiene— el Perú republicano, el Estado, las ideas de “nación” y los “nacionalismos”, el problema de la gobernabilidad, el patriotismo, las demarcaciones territoriales, las fronteras, las posibilidades de la democracia y la persistencia del autoritarismo. No hay que olvidar que el 28 de julio es la efeméride por excelencia y que sirve para legitimar el sistema político contemporáneo. Entonces, también se trata del síntoma de un malestar que afecta a todos los peruanos, más que un asunto estrictamente historiográfico.
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