En el mundo globalizado en que se está viviendo es cada vez más importante que los distintos países trabajen en forma más unida a fin de lograr metas comunes a todos ellos para lo cual van a tratar de formar parte de distintos organismos de cooperación y procesos de integración.
Todos ellos buscan reducir las trabas al comercio para que las transacciones económicas sean más flexibles y ayudar al desarrollo de los países con menor grado de desarrollo. Además están abiertos a cualquier país que desee formar parte y busca desarrollarse en el mercado internacional, rediseñando su proceso productivo, haciendo reingeniería del recurso humano y posicionando su producto y expandiendo sus ventas(bienes y/o servicios) a otros países (Kraus, 2004).
Con la finalidad de desarrollar operaciones comerciales internacionales, dinámicas y eficientes, todos los países del mundo buscan establecer reglas comunes, que sean aceptadas por todos, para no crear un gran abismo entre la relación comercial que pudiera iniciarse entre un proveedor nacional y un potencial cliente extranjero. Cuando se analiza la posibilidad de iniciar un vínculo comercial entre un comprador y un vendedor que residen en países diferentes, y que los bienes deben trasladarse de un país a otro, para determinar la rentabilidad de la operación, se debe tener en cuenta, principalmente, el costo del: objeto materia de contrato, servicio de transporte hasta los almacenes del comprador, seguro de la mercadería y los derechos arancelarios que las aduanas liquidan por concepto de tributos.
Las operaciones comerciales internacionales precitadas se convierten en una necesidad de mercado, más aún, cuando hablamos, hoy en día, de la integración de la economía mundial, una sociedad globalizada, la consolidación de la internet y el comercio electrónico.
Para que las personas puedan cumplir con las obligaciones asumidas como consecuencia del desarrollo de los denominados negocios internacionales, manteniendo su rentabilidad, los gobiernos de los países deben desarrollar políticas internas y externas que generen el marco legal que les permita a los empresarios nacionales colocar su producto en igualdad de condiciones con otros productores, del mismo bien o prestadores de un servicio similar, de países extranjeros. En este estadio, el rol promotor del estado, que nace del precepto recogido en el Artículo 63° de la Constitución Política del Perú, resulta fundamental, porque si no existe la voluntad política para la apertura del mercado nacional al mundo, nada podría hacer un empresario de manera individual; en consecuencia, vernos inmersos dentro de un proceso de integración económica resulta indispensable e impostergable (Saavedra Sobrados, 2010).
En el mundo globalizado en que se está viviendo es cada vez más importante que los distintos países trabajen en forma más unida a fin de lograr metas comunes a todos ellos para lo cual van a tratar de formar parte de distintos organismos de cooperación y procesos de integración.
Todos ellos buscan reducir las trabas al comercio para que las transacciones económicas sean más flexibles y ayudar al desarrollo de los países con menor grado de desarrollo. Además están abiertos a cualquier país que desee formar parte y busca desarrollarse en el mercado internacional, rediseñando su proceso productivo, haciendo reingeniería del recurso humano y posicionando su producto y expandiendo sus ventas(bienes y/o servicios) a otros países (Kraus, 2004).
Con la finalidad de desarrollar operaciones comerciales internacionales, dinámicas y eficientes, todos los países del mundo buscan establecer reglas comunes, que sean aceptadas por todos, para no crear un gran abismo entre la relación comercial que pudiera iniciarse entre un proveedor nacional y un potencial cliente extranjero. Cuando se analiza la posibilidad de iniciar un vínculo comercial entre un comprador y un vendedor que residen en países diferentes, y que los bienes deben trasladarse de un país a otro, para determinar la rentabilidad de la operación, se debe tener en cuenta, principalmente, el costo del: objeto materia de contrato, servicio de transporte hasta los almacenes del comprador, seguro de la mercadería y los derechos arancelarios que las aduanas liquidan por concepto de tributos.
Las operaciones comerciales internacionales precitadas se convierten en una necesidad de mercado, más aún, cuando hablamos, hoy en día, de la integración de la economía mundial, una sociedad globalizada, la consolidación de la internet y el comercio electrónico.
Para que las personas puedan cumplir con las obligaciones asumidas como consecuencia del desarrollo de los denominados negocios internacionales, manteniendo su rentabilidad, los gobiernos de los países deben desarrollar políticas internas y externas que generen el marco legal que les permita a los empresarios nacionales colocar su producto en igualdad de condiciones con otros productores, del mismo bien o prestadores de un servicio similar, de países extranjeros. En este estadio, el rol promotor del estado, que nace del precepto recogido en el Artículo 63° de la Constitución Política del Perú, resulta fundamental, porque si no existe la voluntad política para la apertura del mercado nacional al mundo, nada podría hacer un empresario de manera individual; en consecuencia, vernos inmersos dentro de un proceso de integración económica resulta indispensable e impostergable (Saavedra Sobrados, 2010).