estefania1235
Los árboles constituyen una tecnología natural increíble. Generalmente llamados los pulmones del planeta, los árboles vivos de los bosques tropicales “inhalan” dióxido de carbono (CO2) del aire. Los bosques sanos limpian el aire y regulan el clima.
Los bosques vivos sostienen la vida: benefician a las personas, a las plantas y a los animales por todo el trabajo invisible que realizan como almacén de carbono. También ayudan a controlar el clima del planeta y las precipitaciones.
Plantar árboles en bosques dañados o talados crea un cultivo de árboles jóvenes consumidores de carbono. A medida que crecen los árboles –a lo largo de 50 a 100 años– absorben CO2 del aire y, a su vez, recuperan el hogar para pájaros y para la vida silvestre.
El consenso científico sostiene que mientras mantengamos gases que atrapan calor, como el CO2, en la biomasa –el tejido vivo de los árboles– podremos reducir las alteraciones relacionadas con el clima como las tormentas poderosas, inundaciones y sequías grandes. Los árboles, por lo tanto, nos protegen.
Los científicos de TNC saben cómo funcionan los árboles como máquinas inhaladoras de carbono. Dentro de cualquier bosque, podemos tomar medidas precisas, inclusive el diámetro de los troncos, para determinar la cantidad de carbono almacenado por los árboles.
Anualmente, se genera más contaminación por la pérdida de bosques que por el transporte mundial – aviones, trenes, automóviles y barcos en conjunto. La deforestación produce 15% de las emisiones de CO2 anuales en todo el mundo. Los suelos perturbados –junto con las ramas y hojas podridas– hacen que el carbono sea liberado al aire. Reduzcamos las emisiones preservando nuestros bosques.
La tala de árboles y bosques, muchas veces, se convierte en parte del problema del cambio climático. Cuando se talan árboles por su madera o para combustible –o cuando se queman los bosques para la agricultura– su CO2 almacenado se libera al aire y, de esta manera, genera que el planeta se caliente. Evitemos la deforestación.
Los índices más altos de deforestación se observan en países en vías de desarrollo como Brasil e Indonesia, donde TNC está trabajando con las comunidades y los gobiernos para frenar la tala de bosques. Si las personas tenemos incentivos reales para proteger nuestros bosques, el mundo puede reducir una de las principales causas del cambio climático.
Los bosques vivos sostienen la vida: benefician a las personas, a las plantas y a los animales por todo el trabajo invisible que realizan como almacén de carbono. También ayudan a controlar el clima del planeta y las precipitaciones.
Plantar árboles en bosques dañados o talados crea un cultivo de árboles jóvenes consumidores de carbono. A medida que crecen los árboles –a lo largo de 50 a 100 años– absorben CO2 del aire y, a su vez, recuperan el hogar para pájaros y para la vida silvestre.
El consenso científico sostiene que mientras mantengamos gases que atrapan calor, como el CO2, en la biomasa –el tejido vivo de los árboles– podremos reducir las alteraciones relacionadas con el clima como las tormentas poderosas, inundaciones y sequías grandes. Los árboles, por lo tanto, nos protegen.
Los científicos de TNC saben cómo funcionan los árboles como máquinas inhaladoras de carbono. Dentro de cualquier bosque, podemos tomar medidas precisas, inclusive el diámetro de los troncos, para determinar la cantidad de carbono almacenado por los árboles.
Anualmente, se genera más contaminación por la pérdida de bosques que por el transporte mundial – aviones, trenes, automóviles y barcos en conjunto. La deforestación produce 15% de las emisiones de CO2 anuales en todo el mundo. Los suelos perturbados –junto con las ramas y hojas podridas– hacen que el carbono sea liberado al aire. Reduzcamos las emisiones preservando nuestros bosques.
La tala de árboles y bosques, muchas veces, se convierte en parte del problema del cambio climático. Cuando se talan árboles por su madera o para combustible –o cuando se queman los bosques para la agricultura– su CO2 almacenado se libera al aire y, de esta manera, genera que el planeta se caliente. Evitemos la deforestación.
Los índices más altos de deforestación se observan en países en vías de desarrollo como Brasil e Indonesia, donde TNC está trabajando con las comunidades y los gobiernos para frenar la tala de bosques. Si las personas tenemos incentivos reales para proteger nuestros bosques, el mundo puede reducir una de las principales causas del cambio climático.