Poder controlar los sueños requiere primero dominar el arte de estar consciente de que uno está soñando.
Tradicionalmente, para lograr esto, se sugerían prácticas como:
Meditar frecuentemente
Recitar frases antes de ir a dormir (por ejemplo: "Estoy en control de mis sueños")
Tomar nota de los sueños que uno recuerde, para poder identificarlos si son recurrentes
Despertarse durante la fase de movimientos oculares rápidos (REM, por su sigla en inglés) - (unos 90 minutos después de dormirse), para estar más consciente cuando uno se vuelve a dormir.
Sin embargo, investigaciones científicas permitieron desarrollar tres técnicas relativamente sencillas para lograr tener sueños lúcidos, que han sido comprobadas con éxito.
1. Prueba de realidad
Durante el día, pregúntate de forma reiterada: "¿Estoy durmiendo?", y busca indicios de que algo parece extraño o está fuera de contexto.
Si haces esto frecuentemente encontrarás que eventualmente también realizarás estas pruebas de realidad mientras duermes.
De esta forma, podrás distinguir cuándo estás realmente soñando.
Una versión popular de este truco consiste en releer un texto escrito. Si ves que las palabras se transforman frente a tus ojos estás soñando.
Otra sugerencia es cerrar los labios y tratar de respirar por la boca. Normalmente es imposible, pero los soñadores lúcidos siguen sintiendo el aire entrando por sus bocas.
2. Mantras
Este truco aplica la técnica tradicional de la frase antes de ir a dormir, pero agrega algunos detalles importantes.
Primero debes establecer tu intención antes de acostarte: recita un mantra antes de ir a dormir, por ejemplo: "La próxima vez que sueñe, recordaré que estoy soñando".
Luego, imagina vívidamente cómo sería tomar consciencia durante un sueño.
Si puedes retener ese pensamiento a medida que te duermes, aumentarán tus posibilidades de tener un sueño lúcido.
3. Sueño interrumpido
Esta técnica se parece a la de despertarse durante la fase REM del sueño, pero sugiere interrumpir el sueño al final de la noche y no a la hora y media de haberse dormido.
El truco es poner la alarma más temprano de lo habitual. Esto se debe a que los sueños se tornan más frecuentes a medida que progresa la noche.
Debes despertarte y luego volverte a dormir, pero no sin antes reiterar tu intención de recordar que estás soñando.
Con práctica y perseverancia, podría sorprenderte dónde te llevará tu mente... tu único límite será tu imaginación.
Respuesta:
Poder controlar los sueños requiere primero dominar el arte de estar consciente de que uno está soñando.
Tradicionalmente, para lograr esto, se sugerían prácticas como:
Sin embargo, investigaciones científicas permitieron desarrollar tres técnicas relativamente sencillas para lograr tener sueños lúcidos, que han sido comprobadas con éxito.
1. Prueba de realidad
Durante el día, pregúntate de forma reiterada: "¿Estoy durmiendo?", y busca indicios de que algo parece extraño o está fuera de contexto.
Si haces esto frecuentemente encontrarás que eventualmente también realizarás estas pruebas de realidad mientras duermes.
De esta forma, podrás distinguir cuándo estás realmente soñando.
Una versión popular de este truco consiste en releer un texto escrito. Si ves que las palabras se transforman frente a tus ojos estás soñando.
Otra sugerencia es cerrar los labios y tratar de respirar por la boca. Normalmente es imposible, pero los soñadores lúcidos siguen sintiendo el aire entrando por sus bocas.
2. Mantras
Este truco aplica la técnica tradicional de la frase antes de ir a dormir, pero agrega algunos detalles importantes.
Primero debes establecer tu intención antes de acostarte: recita un mantra antes de ir a dormir, por ejemplo: "La próxima vez que sueñe, recordaré que estoy soñando".
Luego, imagina vívidamente cómo sería tomar consciencia durante un sueño.
Si puedes retener ese pensamiento a medida que te duermes, aumentarán tus posibilidades de tener un sueño lúcido.
3. Sueño interrumpido
Esta técnica se parece a la de despertarse durante la fase REM del sueño, pero sugiere interrumpir el sueño al final de la noche y no a la hora y media de haberse dormido.
El truco es poner la alarma más temprano de lo habitual. Esto se debe a que los sueños se tornan más frecuentes a medida que progresa la noche.
Debes despertarte y luego volverte a dormir, pero no sin antes reiterar tu intención de recordar que estás soñando.
Con práctica y perseverancia, podría sorprenderte dónde te llevará tu mente... tu único límite será tu imaginación.