Haz ejercicio. Realizar una actividad física no sólo es bueno para bajar de peso, también mejora la capacidad cardiaca y pulmonar, ayuda a prevenir e incluso tratar enfermedades crónicas (como hipertensión, cáncer y depresión) y disminuye el colesterol. Además, mejora la calidad del sueño y tiene un efecto regulador del estrés, por lo que reduce la ansiedad y estabiliza el estado de ánimo, de acuerdo con Melvin H. Williams, autor del libro Nutrición para la salud, condición física y deporte.
Descansa. El sueño es un indicador de salud. Algunas enfermedades cardiovasculares, respiratorias y metabólicas están ligadas a la calidad del sueño. Procura dormir el tiempo necesario, pero recuerda que para mantenernos sanos necesitamos tanto cantidad, como calidad.
Relájate. El estrés se define como cualquier amenaza que nuestro cuerpo percibe, ya sea físico (dolor, enfermedad, hambre) o psicológico (depresión, ansiedad). Un estado constante de estrés ocasiona que perdamos masa muscular y acumulemos más grasa; eleva la tensión arterial, aumenta el colesterol en la sangre y disminuye los niveles de colesterol bueno o HDL. Esto se traduce en ganancia de peso corporal y, por tanto, en un mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas no trasmisibles. Combate el estrés practicando yoga o meditación.
Visita a tu médico. Para prevenir y para curarte. El médico puede guiarte para modificar factores de riesgo de nuevos padecimientos. La mayoría de las enfermedades pueden curarse si se detectan a tiempo. No olvides realizarte un chequeo.
Toma de 6 a 8 vasos de agua al día. El agua nos ayuda a tener una buena digestión, mantener la temperatura normal de nuestro cuerpo y eliminar las sustancias de desecho. La mayor parte de los nutrimientos que obtenemos de los alimentos, pueden usarse por el cuerpo humano sólo gracias al agua.
Evita el tabaquismo y el alcoholismo. Según el informe técnico de la Organización Mundial de la Salud: Dieta, nutrición y prevención de enfermedades crónicas, evitar el consumo del tabaco y el alcohol puede prevenir gastritis, esofagitis, cáncer y enfermedades hepáticas. Recuerda que las consecuencias del tabaquismo y el alcoholismo, no sólo son perjudiciales para uno, sino para toda la familia y los que te rodean.
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Haz ejercicio. Realizar una actividad física no sólo es bueno para bajar de peso, también mejora la capacidad cardiaca y pulmonar, ayuda a prevenir e incluso tratar enfermedades crónicas (como hipertensión, cáncer y depresión) y disminuye el colesterol. Además, mejora la calidad del sueño y tiene un efecto regulador del estrés, por lo que reduce la ansiedad y estabiliza el estado de ánimo, de acuerdo con Melvin H. Williams, autor del libro Nutrición para la salud, condición física y deporte.
Descansa. El sueño es un indicador de salud. Algunas enfermedades cardiovasculares, respiratorias y metabólicas están ligadas a la calidad del sueño. Procura dormir el tiempo necesario, pero recuerda que para mantenernos sanos necesitamos tanto cantidad, como calidad.
Relájate. El estrés se define como cualquier amenaza que nuestro cuerpo percibe, ya sea físico (dolor, enfermedad, hambre) o psicológico (depresión, ansiedad). Un estado constante de estrés ocasiona que perdamos masa muscular y acumulemos más grasa; eleva la tensión arterial, aumenta el colesterol en la sangre y disminuye los niveles de colesterol bueno o HDL. Esto se traduce en ganancia de peso corporal y, por tanto, en un mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas no trasmisibles. Combate el estrés practicando yoga o meditación.
Visita a tu médico. Para prevenir y para curarte. El médico puede guiarte para modificar factores de riesgo de nuevos padecimientos. La mayoría de las enfermedades pueden curarse si se detectan a tiempo. No olvides realizarte un chequeo.
Toma de 6 a 8 vasos de agua al día. El agua nos ayuda a tener una buena digestión, mantener la temperatura normal de nuestro cuerpo y eliminar las sustancias de desecho. La mayor parte de los nutrimientos que obtenemos de los alimentos, pueden usarse por el cuerpo humano sólo gracias al agua.
Evita el tabaquismo y el alcoholismo. Según el informe técnico de la Organización Mundial de la Salud: Dieta, nutrición y prevención de enfermedades crónicas, evitar el consumo del tabaco y el alcohol puede prevenir gastritis, esofagitis, cáncer y enfermedades hepáticas. Recuerda que las consecuencias del tabaquismo y el alcoholismo, no sólo son perjudiciales para uno, sino para toda la familia y los que te rodean.