LaFujoshi
Antes de la revolución industrial del siglo XVIII no existían grandes fábricas. El trabajo manual, la habilidad y el esfuerzo físico desempeñaban un papel muy importante. Sin embargo ya había producción en serie, o sea cantidades importantes de artículos de forma y calidad uniforme. La utilización del vapor permitió ampliar la producción en serie. Aparecieron las grandes fábricas y paralelamente fue desapareciendo la mayor parte de los artesanos, que fueron convirtiéndose en obreros. Estos hechos produjeron transformaciones profundas en la economía y en la sociedad, y por esta razón se denomino a este proceso Revolución Industrial.
A fines del siglo XVIII, con la aplicación de la energía hidráulica a los procedimientos industriales, surgieron las fábricas, llamadas hasta entonces molinos. En las fábricas se reúne en un espacio limitado a una gran cantidad de trabajadores, que hacen uso de diversas máquinas, cuyo número no cesa de crecer. El trabajo se fragmentó, y cada sector se hace cargo de una etapa distinta. El ritmo es ahora impuesto por las máquinas. En términos de la organización de la producción, el trabajo en las fábricas representa un desarrollo, pues se hace más sencilla la recolección de la materia prima, se facilita la distribución de los productos terminados y se fomenta la especialización en los conocimientos.
La utilización del vapor permitió ampliar la producción en serie. Aparecieron las grandes fábricas y paralelamente fue desapareciendo la mayor parte de los artesanos, que fueron convirtiéndose en obreros.
Estos hechos produjeron transformaciones profundas en la economía y en la sociedad, y por esta razón se denomino a este proceso Revolución Industrial.
A fines del siglo XVIII, con la aplicación de la energía hidráulica a los procedimientos industriales, surgieron las fábricas, llamadas hasta entonces molinos. En las fábricas se reúne en un espacio limitado a una gran cantidad de trabajadores, que hacen uso de diversas máquinas, cuyo número no cesa de crecer. El trabajo se fragmentó, y cada sector se hace cargo de una etapa distinta. El ritmo es ahora impuesto por las máquinas.
En términos de la organización de la producción, el trabajo en las fábricas representa un desarrollo, pues se hace más sencilla la recolección de la materia prima, se facilita la distribución de los productos terminados y se fomenta la especialización en los conocimientos.