La colonización española de América fue el proceso por el que se implantó en el Nuevo Mundo una administración que pretendía ser imitación o duplicado de la administración peninsular contemporánea.[1] Este periodo se extendió desde el 12 de octubre de 1492, día del descubrimiento de América, hasta el 13 de julio de 1898, cuando se celebró un acto formal de arriado de la bandera española en San Juan de Puerto Rico, en cumplimiento del Protocolo de Paz de Washington firmado el día anterior con Estados Unidos. Las principales motivaciones de la expansión colonial eran el beneficio a través de la extracción de recursos y la difusión del catolicismo a través de las conversiones de las poblaciones indígenas.
La colonización de América fue efectuada sustancialmente por la Corona de Castilla (ligada a los reinos indianos dinásticamente) y es la continuación de una primera expansión y experiencia colonizadora del Reino de Castilla en las islas Canarias, en las cuales ensayó por primera vez a cierta escala la experiencia de conquistar, poblar y administrar un territorio nuevo, habitado por pueblos desconocidos, asimilándolos y cristianizándolos en el proceso. Así, las tres últimas grandes islas de Canarias fueron completamente sometidas en los años 1478-1483 (Gran Canaria), 1492-1493 (La Palma) y 1494-1496 (Tenerife) aunque el impulso colonizador arranca mucho antes, en las otras islas del archipiélago. Esta experiencia y la existencia de fórmulas desarrolladas para solucionar los problemas de fundación de nuevas ciudades, pactos y enfrentamientos con los naturales del país, designación y atribuciones de los Adelantados militares, engranaje de los aparatos administrativos: religioso, civil y militar, fueron luego ampliamente usadas en América, tienen sus antecedentes lejanos en la experiencia de la reconquista y repoblación de la península ibérica
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La colonización española de América fue el proceso por el que se implantó en el Nuevo Mundo una administración que pretendía ser imitación o duplicado de la administración peninsular contemporánea.[1] Este periodo se extendió desde el 12 de octubre de 1492, día del descubrimiento de América, hasta el 13 de julio de 1898, cuando se celebró un acto formal de arriado de la bandera española en San Juan de Puerto Rico, en cumplimiento del Protocolo de Paz de Washington firmado el día anterior con Estados Unidos. Las principales motivaciones de la expansión colonial eran el beneficio a través de la extracción de recursos y la difusión del catolicismo a través de las conversiones de las poblaciones indígenas.
La colonización de América fue efectuada sustancialmente por la Corona de Castilla (ligada a los reinos indianos dinásticamente) y es la continuación de una primera expansión y experiencia colonizadora del Reino de Castilla en las islas Canarias, en las cuales ensayó por primera vez a cierta escala la experiencia de conquistar, poblar y administrar un territorio nuevo, habitado por pueblos desconocidos, asimilándolos y cristianizándolos en el proceso. Así, las tres últimas grandes islas de Canarias fueron completamente sometidas en los años 1478-1483 (Gran Canaria), 1492-1493 (La Palma) y 1494-1496 (Tenerife) aunque el impulso colonizador arranca mucho antes, en las otras islas del archipiélago. Esta experiencia y la existencia de fórmulas desarrolladas para solucionar los problemas de fundación de nuevas ciudades, pactos y enfrentamientos con los naturales del país, designación y atribuciones de los Adelantados militares, engranaje de los aparatos administrativos: religioso, civil y militar, fueron luego ampliamente usadas en América, tienen sus antecedentes lejanos en la experiencia de la reconquista y repoblación de la península ibérica