La Escuela palatina (Schola palatina, en latín) fue la escuela fundada por el emperador Carlomagno en el palacio de su capital, Aquisgrán; durante el denominado Renacimiento carolingio, un periodo de florecimiento intelectual durante la Alta Edad Media. La escuela palatina era parte del plan de Carlomagno de hacer renacer la cultura para fortalecer su Imperio. Se convirtió en el centro educativo más renombrado de la época y sirvió de ejemplo para la creación de otras escuelas (Escuelas carolingias).
Evangeliario de Godescalco, en el que trabajó el iluminador Godescalco (Godescalcus, Gottschalk),1 del scriptorium de Aquisgrán, entre 781 y 783. Contiene un poema, escrito en minúscula carolingia, sobre el viaje de Carlomagno a Italia de 781, en el que precisamente reclutó a Alcuino.2
Fue dirigida, desde 782, por Alcuino de York, un clérigo procedente de Britania, que contó con la ayuda de algunos de los más prestigiosos sabios de la cristiandad latina: los irlandeses José Escoto,3 Clemente de Irlanda,4 Cruindmelo,5 Donato de Fiesole6 y Dungal;7 los francos Adelardo de Corbie y Angilberto de Centula; los ítalo-longobardos Pablo el Diácono, Pedro de Pisa y Paulino de Aquilea; Teodulfo de Orleans (de origen hispano-visigodo, que sustituyó a Alcuino en 796); o Eginardo (procedente del monasterio de Fulda8 —Fulda, en la actual Alemania—), que fue alumno de la propia escuela desde 791 (con 16 años) y llegó a ser íntimo colaborador de Carlomagno y de su sucesor, Ludovico Pío, hasta la crisis imperial de 830. Es precisamente Eginardo la principal fuente sobre la Escuela palatina, a través de
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La Escuela palatina (Schola palatina, en latín) fue la escuela fundada por el emperador Carlomagno en el palacio de su capital, Aquisgrán; durante el denominado Renacimiento carolingio, un periodo de florecimiento intelectual durante la Alta Edad Media. La escuela palatina era parte del plan de Carlomagno de hacer renacer la cultura para fortalecer su Imperio. Se convirtió en el centro educativo más renombrado de la época y sirvió de ejemplo para la creación de otras escuelas (Escuelas carolingias).
Evangeliario de Godescalco, en el que trabajó el iluminador Godescalco (Godescalcus, Gottschalk),1 del scriptorium de Aquisgrán, entre 781 y 783. Contiene un poema, escrito en minúscula carolingia, sobre el viaje de Carlomagno a Italia de 781, en el que precisamente reclutó a Alcuino.2
Fue dirigida, desde 782, por Alcuino de York, un clérigo procedente de Britania, que contó con la ayuda de algunos de los más prestigiosos sabios de la cristiandad latina: los irlandeses José Escoto,3 Clemente de Irlanda,4 Cruindmelo,5 Donato de Fiesole6 y Dungal;7 los francos Adelardo de Corbie y Angilberto de Centula; los ítalo-longobardos Pablo el Diácono, Pedro de Pisa y Paulino de Aquilea; Teodulfo de Orleans (de origen hispano-visigodo, que sustituyó a Alcuino en 796); o Eginardo (procedente del monasterio de Fulda8 —Fulda, en la actual Alemania—), que fue alumno de la propia escuela desde 791 (con 16 años) y llegó a ser íntimo colaborador de Carlomagno y de su sucesor, Ludovico Pío, hasta la crisis imperial de 830. Es precisamente Eginardo la principal fuente sobre la Escuela palatina, a través de
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coronitaaaaa plis