Los agujeros negros son áreas finitas de espacio-tiempo que nacen por una fuerte conglomeración de masa en su interior, la cual provoca un incremento de su densidad y la formación de un campo gravitatorio del que ninguna molécula material, ni siquiera la luz, puede escapar. La mayor parte de las galaxias poseen agujeros negros en su centro, denominados «supermasivos» por tener millones de masas solares.
En los últimos años ha ganado peso la teoría que supone que todas las galaxias, ya sean espirales o elípticas, tienen en su eje un hoyo negro supermasivo. Según ésta hipótesis, el agujero negro originaría la gravedad necesaria para sostener la unidad del sistema.
El eje de la Vía Láctea, conocido como Sagitario A, está compuesto por una fuente de radio muy compacta y brillante que alberga en su interior un agujero negro supermasivo. Los astrónomos afirman que, hasta ahora, el hoyo negro de la galaxia ha tenido una baja actividad al caer poca materia en su interior.
Stefan Gillessen, miembro del Instituto Max Planck, ha revelado que un cúmulo de gas, de tamaño parecido al del Sistema Solar, está cayendo lentamente en el agujero negro de la galaxia. El investigador afirma que los bordes de la nube están descomponiéndose y, en aproximadamente dos años, ésta terminará por rasgarse y caer al agujero.
Los científicos que desde el 2002 utilizan el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral para estudiar los movimientos de la nube de gas, confirmaron que el cúmulo se desplaza hacia el centro de la Vía Láctea, donde se encuentra el agujero negro.
Hasta ahora, los expertos que estudiaban los fenómenos de los agujeros negros en otras galaxias no podían ver más que un destello causado por la caída de materiales en su interior, pero dada la cercanía del fenómeno, a 27.000 años luz de la Tierra, se podrá llevar a cabo un estudio minucioso sobre la actividad de estas enigmáticas sustancias supermasivas.
El equipo de Gillessen calcula que la nube llegará en 2013 al conocido como «Horizonte de sucesos del agujero negro», límite a partir del cual ya no hay marcha atrás.
Respuesta:
Los agujeros negros son áreas finitas de espacio-tiempo que nacen por una fuerte conglomeración de masa en su interior, la cual provoca un incremento de su densidad y la formación de un campo gravitatorio del que ninguna molécula material, ni siquiera la luz, puede escapar. La mayor parte de las galaxias poseen agujeros negros en su centro, denominados «supermasivos» por tener millones de masas solares.
En los últimos años ha ganado peso la teoría que supone que todas las galaxias, ya sean espirales o elípticas, tienen en su eje un hoyo negro supermasivo. Según ésta hipótesis, el agujero negro originaría la gravedad necesaria para sostener la unidad del sistema.
El eje de la Vía Láctea, conocido como Sagitario A, está compuesto por una fuente de radio muy compacta y brillante que alberga en su interior un agujero negro supermasivo. Los astrónomos afirman que, hasta ahora, el hoyo negro de la galaxia ha tenido una baja actividad al caer poca materia en su interior.
Stefan Gillessen, miembro del Instituto Max Planck, ha revelado que un cúmulo de gas, de tamaño parecido al del Sistema Solar, está cayendo lentamente en el agujero negro de la galaxia. El investigador afirma que los bordes de la nube están descomponiéndose y, en aproximadamente dos años, ésta terminará por rasgarse y caer al agujero.
Los científicos que desde el 2002 utilizan el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral para estudiar los movimientos de la nube de gas, confirmaron que el cúmulo se desplaza hacia el centro de la Vía Láctea, donde se encuentra el agujero negro.
Hasta ahora, los expertos que estudiaban los fenómenos de los agujeros negros en otras galaxias no podían ver más que un destello causado por la caída de materiales en su interior, pero dada la cercanía del fenómeno, a 27.000 años luz de la Tierra, se podrá llevar a cabo un estudio minucioso sobre la actividad de estas enigmáticas sustancias supermasivas.
El equipo de Gillessen calcula que la nube llegará en 2013 al conocido como «Horizonte de sucesos del agujero negro», límite a partir del cual ya no hay marcha atrás.
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