La calle de nuestras ciudades es un aula abierta de corrupción del lenguaje. Jergas de ¨hippies¨, de pelotones, de pandilleros, llenas de comodines deformados y deformantes, de imitaciones fonéticas de otras lenguas, predominan en una conversación casi inarticulada que no emplea más que alguna docena de palabras.
Jergas de ¨hippies¨, de pelotones, de pandilleros, llenas de comodines deformados y deformantes, de imitaciones fonéticas de otras lenguas, predominan en una conversación casi inarticulada que no emplea más que alguna docena de palabras.
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La calle de nuestras ciudades es un aula abierta de corrupción del lenguaje. Jergas de ¨hippies¨, de pelotones, de pandilleros, llenas de comodines deformados y deformantes, de imitaciones fonéticas de otras lenguas, predominan en una conversación casi inarticulada que no emplea más que alguna docena de palabras.
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espero te sirva