Tras la independencia, la vida cotidiana de las ciudades latinoamericana tuvo una lenta transformación. El estilo de vida seguía las rutinas
coloniales como la celebración de la misa todos los domingos del año,
las esporádicas reuniones sociales en las casas de élite y las reuniones en las chicerías de los barrios populares. Las pequeñas aldeas se
convirtieron en ciudades, creciendo con la llegada de los habitantes
del campo interesados en el intercambio de productos, en jornadas
de mercado en las plazas principales. Cada semana en el mercado se
encontraban viajeros, comerciantes, mujeres indígenas y campesinos
con la intención de vender los productos que sembraban en sus lugares de origen. A comienzos del siglo XIX, las ciudades tenían pocos
espacios de encuentro al aire libre, aunque después de la independencia comenzaron a destacarse las calles comerciales en donde se
ubicaron cafés y pequeños bares, y en donde se reunían, entre otras
cosas los hombres para celebrar los triunfos de los patriotas. Las numerosas familias se reunían al interior de sus casas y cumplían con
las ceremonias religiosas, el bautismo, el matrimonio y los entierros y
prácticas funerarias.
En el campo, la vida cotidiana transcurría dentro de las haciendas,
lugares de ocupación de las clases sociales y de todos los orígenes
raciales. Luego de las guerras de Independencia se restituyó la producción en las haciendas de caña de azúcar y en las minas, en donde trabajaban indígenas y esclavos africanos. Allí, se daría parte del
mestizaje cultural de costumbres y tradiciones que definió la cultura
latinoamericana. En la ciudad, al mismo tiempo, la literatura y el periodismo se refirieron a este proceso de mezcla cultural, e introdujeron
varias de las ideas como la ciudadanía y los sistemas políticos, bajo la
influencia de la filosofía y la literatura francesa, alemana e inglesa.
La independencia se inicia en medio de profundos cambios en la urbanización. El esquema que los españoles habían tratado de implantar desde la Conquista, con la organización de dos sociedades ideales, la “república de blancos” —la ciudad— y la “república de indios” —el campo —, ya había mostrado su fracaso en el siglo xviii, en gran parte a causa del poblamiento al margen del control de las autoridades coloniales. Con los testimonios anteriormente citados hemos querido ilustrar los cambios que se presentaban con la invasión de los mestizos, negros e indígenas al espacio urbano, y al mismo tiempo cómo los blancos pobres se volvían campesinos.
Explicación:
espero ayude si puedes con una corona bueno eso ya es ofrecimiento si quieres.
Respuesta:
Tras la independencia, la vida cotidiana de las ciudades latinoamericana tuvo una lenta transformación. El estilo de vida seguía las rutinas
coloniales como la celebración de la misa todos los domingos del año,
las esporádicas reuniones sociales en las casas de élite y las reuniones en las chicerías de los barrios populares. Las pequeñas aldeas se
convirtieron en ciudades, creciendo con la llegada de los habitantes
del campo interesados en el intercambio de productos, en jornadas
de mercado en las plazas principales. Cada semana en el mercado se
encontraban viajeros, comerciantes, mujeres indígenas y campesinos
con la intención de vender los productos que sembraban en sus lugares de origen. A comienzos del siglo XIX, las ciudades tenían pocos
espacios de encuentro al aire libre, aunque después de la independencia comenzaron a destacarse las calles comerciales en donde se
ubicaron cafés y pequeños bares, y en donde se reunían, entre otras
cosas los hombres para celebrar los triunfos de los patriotas. Las numerosas familias se reunían al interior de sus casas y cumplían con
las ceremonias religiosas, el bautismo, el matrimonio y los entierros y
prácticas funerarias.
En el campo, la vida cotidiana transcurría dentro de las haciendas,
lugares de ocupación de las clases sociales y de todos los orígenes
raciales. Luego de las guerras de Independencia se restituyó la producción en las haciendas de caña de azúcar y en las minas, en donde trabajaban indígenas y esclavos africanos. Allí, se daría parte del
mestizaje cultural de costumbres y tradiciones que definió la cultura
latinoamericana. En la ciudad, al mismo tiempo, la literatura y el periodismo se refirieron a este proceso de mezcla cultural, e introdujeron
varias de las ideas como la ciudadanía y los sistemas políticos, bajo la
influencia de la filosofía y la literatura francesa, alemana e inglesa.
Espero haberte ayudado
Respuesta:
La independencia se inicia en medio de profundos cambios en la urbanización. El esquema que los españoles habían tratado de implantar desde la Conquista, con la organización de dos sociedades ideales, la “república de blancos” —la ciudad— y la “república de indios” —el campo —, ya había mostrado su fracaso en el siglo xviii, en gran parte a causa del poblamiento al margen del control de las autoridades coloniales. Con los testimonios anteriormente citados hemos querido ilustrar los cambios que se presentaban con la invasión de los mestizos, negros e indígenas al espacio urbano, y al mismo tiempo cómo los blancos pobres se volvían campesinos.
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espero ayude si puedes con una corona bueno eso ya es ofrecimiento si quieres.