Como era la vida cotidiana en el siglo 18 en Argentina?
angela1225Se delinea la historia de la vida cotidiana desde finales del siglo XVIII. De aquí a las primeras décadas del XX es la época llamada de tránsito entre en antiguo régimen y la modernidad. Se resaltan aspectos de la familia, los ritos de contabilización, las fiestas, las devociones, las diversiones, la comida y el vestido, sugiriendo la permanencia de algunas tradiciones y los cambios de otras.Una forma familiar imperfecta resultaba de la temprana muerte de los maridos. Luego de una corta vida conyugal, un grupo notable de esposas encontraba la viudez. En Cali, 106 hogares estaban compuestos por viudas con hijos, mientras en Poparán existían 291 hogares de idénticas características. Aunque las segundas y aun terceras nupcias no eran desconocidas en los siglos XVIII y XIX, éstas no se presentaban para la totalidad de las viudas. La mayoría quedaban en la indigencia, obligadas a rebuscar el sustento para sus hijos. Asimismo, un tipo de familia bastante frecuente era la dirigida por una madre soltera. El amancebamiento y el concubinato constituían formas familiares no legitimadas que tenían su duración y procreación.Pero las familias sufrían desgarramientos motivados por factores diversos. Uno de ellos era el ausentismo de los maridos en los hogares. Se dedicaban ellos al comercio o a la agricultura y habitualmente establecían un segundo hogar con una mujer del campo de algún paraje. Se forjaba entonces un clima de tensión emocional paradójico. Cuando las esposas los acusaban de infidelidad, ellos le aventaban tratos con algún vecino, las azotaban o amenazaban. En muchos casos esta situación concluía en un claro abandono. En el nombrado censo de Popayán, 68 madres son definidas como abandonadas; otro tanto debía ocurrir con las llamadas madres solteras de Cali.Han existido tres ritos de paso obligados en todas las culturas. No menos en la nuestra. El nacimiento era celebrado fastuosamente en familia el día del bautismo. El festejo del niño - muerto o de los angelitos, una fiesta ya perdida, estaba muy emparentada con el rito del nacimiento. Según el doctor Saffray, viajero francés del siglo pasado, al morir un niño en los sectores populares, “los padres le visten con sus mejores ropas, cúbrenle de alhajas y le depositan en el centro de una pequeña capilla improvisada con cortinas, imágenes, espejos, inscripciones doradas, cintas y flores. Recomiéndose a los amigos la asistencia; pero la reunión no tiene nada de fúnebre: no se asiste a un duelo sino a una fiesta; la muerte, al hacer un vacío, deja en pos una alegría; hay un niño de menos y un angelito más. La madre misma, no llora, no mira el ataúd, sino el altar del querubín; su presencia es una bendición, la alegría debe reinar bajo el techo que le cobija, y de consiguiente se ríe y se canta, y lo que parecería una profanación, expresa aquí una idea religiosa”. El sermón de los sacerdotes, insistía siempre a los novios en la obligación de procrear.El historiador Gustavo Arboleda, indicó en un curioso libro, que en nuestra región hacia 1870 surgieron las esquelas de invitación a honras fúnebres. Asimismo que, aunque desde antes se conocían las coronas fúnebres, fue en esta época cuando se generalizaron.