Porque Dios habla repetidamente en sueños, en visiones nocturnas, cuando el sueño profundo cae sobre los hombres mientras yacen en sus lechos. En tales ocasiones Dios les abre los oídos y les da sabiduría e instrucción, haciéndoles cambiar de opinión, guardándolos del orgullo, y previniéndolos sobre los castigos del pecado, y evitando que caigan en algún lazo. »A veces, Dios envía la enfermedad y el dolor, aunque no rompa ningún hueso, de modo que el hombre pierde el gusto y el apetito, sin que le llame la atención ni el más delicioso manjar. Se enflaquece; se vuelve huesos y pellejo, y llega al borde de la muerte. »Pero si hay un mensajero del cielo que interceda por él como amigo, para mostrarle lo que es recto, entonces Dios se compadece de él y dice: “Pónganlo en libertad; no lo hagan morir, pues he hallado un sustituto”. Entonces el cuerpo se le volverá sano como el de un niño, robusto y juvenil otra vez. Y cuando ore, Dios lo escuchará; contestará su oración y lo recibirá gozoso, y lo hará volver a sus deberes. Y el hombre le declarará a sus amigos: “Pequé, pero Dios me dejó libre. No me hizo morir. Continuaré viviendo en el mundo de la luz”. »Sí, Dios suele hacer esto en favor del hombre
Respuesta:
Porque Dios habla repetidamente en sueños, en visiones nocturnas, cuando el sueño profundo cae sobre los hombres mientras yacen en sus lechos. En tales ocasiones Dios les abre los oídos y les da sabiduría e instrucción, haciéndoles cambiar de opinión, guardándolos del orgullo, y previniéndolos sobre los castigos del pecado, y evitando que caigan en algún lazo. »A veces, Dios envía la enfermedad y el dolor, aunque no rompa ningún hueso, de modo que el hombre pierde el gusto y el apetito, sin que le llame la atención ni el más delicioso manjar. Se enflaquece; se vuelve huesos y pellejo, y llega al borde de la muerte. »Pero si hay un mensajero del cielo que interceda por él como amigo, para mostrarle lo que es recto, entonces Dios se compadece de él y dice: “Pónganlo en libertad; no lo hagan morir, pues he hallado un sustituto”. Entonces el cuerpo se le volverá sano como el de un niño, robusto y juvenil otra vez. Y cuando ore, Dios lo escuchará; contestará su oración y lo recibirá gozoso, y lo hará volver a sus deberes. Y el hombre le declarará a sus amigos: “Pequé, pero Dios me dejó libre. No me hizo morir. Continuaré viviendo en el mundo de la luz”. »Sí, Dios suele hacer esto en favor del hombre
Explicación:
me das corona