Los vagos también tenemos sentido del humor, que conste, pero a veces cuesta un poco echarlo a andar.
Un día pésimo, una noticia poco alentadora, una avería casera y… ¡ploff! Adiós humor.
Buscarle el lado amable y chistoso a la vida, además de ser saludable, es un excelente ejercicio para el cerebro; una de las armas más eficientes para combatir la pereza.
Eso es, hace falta ingenio para hacerle frente al mal genio.
Los vagos también tenemos sentido del humor, que conste, pero a veces cuesta un poco echarlo a andar.
Un día pésimo, una noticia poco alentadora, una avería casera y… ¡ploff! Adiós humor.
Buscarle el lado amable y chistoso a la vida, además de ser saludable, es un excelente ejercicio para el cerebro; una de las armas más eficientes para combatir la pereza.
Eso es, hace falta ingenio para hacerle frente al mal genio.