A parte del olor a tabaco, los cigarrillos provocan sequedad e irritación de las mucosas de la boca y de las vías respiratorias, por lo que no existe una correcta oxigenación. Unido al alquitrán, la nicotina y a otros aditivos del tabaco propician la mala higiene oral y por tanto el mal aliento.
A parte del olor a tabaco, los cigarrillos provocan sequedad e irritación de las mucosas de la boca y de las vías respiratorias, por lo que no existe una correcta oxigenación. Unido al alquitrán, la nicotina y a otros aditivos del tabaco propician la mala higiene oral y por tanto el mal aliento.