Respuesta:La revolución se produjo en la estructura de las relaciones políticas, sociales, económicas y culturales de Francia. La burguesía accede al poder, y a partir de ahora el dinero y el patrimonio será quien marque las diferencias de clase, quedando anticuada la estructura estamental.
Para Furet, la Revolución francesa comienza con las Reformas de Turgot en 1774, y no concluye hasta 1880, año en que se reafirma el sistema republicano. Se caracteriza por consolidar una legislación secularizada, en la que destacan cuestiones como la del divorcio, la escuela laica, la enseñanza obligatoria o la libertad de prensa.
Sin embargo, los contemporáneos de la revolución tomarán la fecha del 14 de julio de 1789 (fecha de la toma de la Bastilla) cómo comienzo de la Revolución. Este día, a instancia de Víctor Hugo en 1880, se convierte en la fiesta nacional francesa.
Cien años después se pretenden olvidar los períodos trágicos de la revolución. La época del Terror es obviada en la historiografía, y en los libros de texto de las escuelas. Se considerará como comienzo de la revolución el 5 de mayo de 1789, fecha de la reunión de los Estados Generales.
En los años treinta del siglo XX, el Partido Comunista Francés hace una interpretación de la historia en la que funde la Revolución francesa con la Revolución rusa, como parte de un mismo proceso y una única matriz ideológica. Para defender esto, Jaurès escribe «Historia socialista de la Revolución francesa». Según esta interpretación, Robespierre y la época del Terror son los hechos culminantes de la revolución, y se comparan con el bolchevismo. Para autores como Mathiez el bolchevismo y el jacobinismo son dos dictaduras de clase.
Explicación:
El estudio de la Revolución francesa está marcado por las principales ideologías contemporáneas. En numerosas ocasiones se identifica, de una manera simplista, la revolución con el periodo del Terror. Muchas de las interpretaciones toman el período de la República como paradigma de la Revolución.
La interpretación de Adolphe Thiers, en 1823, durante la Restauración borbónica en Francia, hace una exposición coherente desde la visión de la gran burguesía liberal. Utiliza en sus estudios los testimonios de los testigos presenciales. Esta interpretación es completada por François-Auguste Mignet, en 1824, que se dedica al estudio del mundo ideológico que actúa en la revolución.
Thomas Carlyle, en 1837, inicia la visión romántica de la revolución, que ayuda a su mitificación. Los románticos mitificarán, sobre todo, la oposición a la monarquía y la experiencia republicana.
Alexis de Tocqueville afirmará, hacia 1850, que la mayor parte de los cambios que se produjeron durante la Revolución francesa se habían gestado durante el Antiguo Régimen, y que la auténtica revolución se dio en 1848. En realidad afirma que la revolución no sirvió para nada, ya que el Antiguo Régimen tenía flexibilidad suficiente como para asumir los cambios.
Hippolyte Taine también condenó, en 1876, la Revolución francesa, por estar en el origen de todos los conflictos presentes en las sociedades contemporáneas.
Alphonse Aulard mitificará el período republicano, sobre todo la figura de «el Buen Dantón» opositor de Robespierre y máximo representante de la fase laica de la revolución, pero con un sentido más democrático.
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JuanRikolino
gracias bro que respuesta mas completa valoro tu esfuerzo ojala hubiera puesto mas puntos
Respuesta:La revolución se produjo en la estructura de las relaciones políticas, sociales, económicas y culturales de Francia. La burguesía accede al poder, y a partir de ahora el dinero y el patrimonio será quien marque las diferencias de clase, quedando anticuada la estructura estamental.
Para Furet, la Revolución francesa comienza con las Reformas de Turgot en 1774, y no concluye hasta 1880, año en que se reafirma el sistema republicano. Se caracteriza por consolidar una legislación secularizada, en la que destacan cuestiones como la del divorcio, la escuela laica, la enseñanza obligatoria o la libertad de prensa.
Sin embargo, los contemporáneos de la revolución tomarán la fecha del 14 de julio de 1789 (fecha de la toma de la Bastilla) cómo comienzo de la Revolución. Este día, a instancia de Víctor Hugo en 1880, se convierte en la fiesta nacional francesa.
Cien años después se pretenden olvidar los períodos trágicos de la revolución. La época del Terror es obviada en la historiografía, y en los libros de texto de las escuelas. Se considerará como comienzo de la revolución el 5 de mayo de 1789, fecha de la reunión de los Estados Generales.
En los años treinta del siglo XX, el Partido Comunista Francés hace una interpretación de la historia en la que funde la Revolución francesa con la Revolución rusa, como parte de un mismo proceso y una única matriz ideológica. Para defender esto, Jaurès escribe «Historia socialista de la Revolución francesa». Según esta interpretación, Robespierre y la época del Terror son los hechos culminantes de la revolución, y se comparan con el bolchevismo. Para autores como Mathiez el bolchevismo y el jacobinismo son dos dictaduras de clase.
Explicación:
El estudio de la Revolución francesa está marcado por las principales ideologías contemporáneas. En numerosas ocasiones se identifica, de una manera simplista, la revolución con el periodo del Terror. Muchas de las interpretaciones toman el período de la República como paradigma de la Revolución.
La interpretación de Adolphe Thiers, en 1823, durante la Restauración borbónica en Francia, hace una exposición coherente desde la visión de la gran burguesía liberal. Utiliza en sus estudios los testimonios de los testigos presenciales. Esta interpretación es completada por François-Auguste Mignet, en 1824, que se dedica al estudio del mundo ideológico que actúa en la revolución.
Thomas Carlyle, en 1837, inicia la visión romántica de la revolución, que ayuda a su mitificación. Los románticos mitificarán, sobre todo, la oposición a la monarquía y la experiencia republicana.
Alexis de Tocqueville afirmará, hacia 1850, que la mayor parte de los cambios que se produjeron durante la Revolución francesa se habían gestado durante el Antiguo Régimen, y que la auténtica revolución se dio en 1848. En realidad afirma que la revolución no sirvió para nada, ya que el Antiguo Régimen tenía flexibilidad suficiente como para asumir los cambios.
Hippolyte Taine también condenó, en 1876, la Revolución francesa, por estar en el origen de todos los conflictos presentes en las sociedades contemporáneas.
Alphonse Aulard mitificará el período republicano, sobre todo la figura de «el Buen Dantón» opositor de Robespierre y máximo representante de la fase laica de la revolución, pero con un sentido más democrático.