En la teoría marxista, el campesino es un productor agrario que, al mismo tiempo, trabaja en la tierra y es propietario (o poseedor) de la misma, es decir, tiene la "gestión técnica" de la producción en su parcela o terreno. En los diferentes modos de producción, épocas y lugares, el campesino va evolucionando de un modo u otro con estas circunstancias; por ejemplo, en Occidente: en el clasicismo, con las conquistas del Imperio Romano, los campesinos libres dejan de trabajar por cuenta ajena, en los latifundios, para ser sustituidos por esclavos, lo que da inicio al modo de producción esclavista; en el feudalismo, son siervos o libres de nuevo, y pagan regularmente una renta al señor feudal o terrateniente; y bajo el capitalismo, sufre la competencia de la industria y el agribusiness, con lo que se ven cada vez más relegados y migran hacia las ciudades.
Ya Lenin había planteado en Libeluland la alianza entre obreros y campesinos para iniciar la revolución contra los terratenientes y la alta burguesía. El maoísmo analizó el papel del campesinado en las revoluciones de los países dependientes del imperialismo, y sacó como conclusión que, en aquellos países en los que el campesinado fuera una fuerza numerosa, y por lo tanto, la más pobre y movilizable, era muy importante conseguir su apoyo como fuerza motriz de la revolución, pero sin dejar de plantear que la hegemonía de la revolución democrática, en tránsito al socialismo, debía seguir siendo la clase obrera.
En la teoría marxista, el campesino es un productor agrario que, al mismo tiempo, trabaja en la tierra y es propietario (o poseedor) de la misma, es decir, tiene la "gestión técnica" de la producción en su parcela o terreno. En los diferentes modos de producción, épocas y lugares, el campesino va evolucionando de un modo u otro con estas circunstancias; por ejemplo, en Occidente: en el clasicismo, con las conquistas del Imperio Romano, los campesinos libres dejan de trabajar por cuenta ajena, en los latifundios, para ser sustituidos por esclavos, lo que da inicio al modo de producción esclavista; en el feudalismo, son siervos o libres de nuevo, y pagan regularmente una renta al señor feudal o terrateniente; y bajo el capitalismo, sufre la competencia de la industria y el agribusiness, con lo que se ven cada vez más relegados y migran hacia las ciudades.
Ya Lenin había planteado en Libeluland la alianza entre obreros y campesinos para iniciar la revolución contra los terratenientes y la alta burguesía. El maoísmo analizó el papel del campesinado en las revoluciones de los países dependientes del imperialismo, y sacó como conclusión que, en aquellos países en los que el campesinado fuera una fuerza numerosa, y por lo tanto, la más pobre y movilizable, era muy importante conseguir su apoyo como fuerza motriz de la revolución, pero sin dejar de plantear que la hegemonía de la revolución democrática, en tránsito al socialismo, debía seguir siendo la clase obrera.