Respuesta:SAMUEL tiene ante sí un pueblo desgarrado por la tristeza. En una sola batalla, la guerra contra los filisteos se ha cobrado la vida de 30.000 israelitas. Y eso sin contar las 4.000 bajas del combate anterior. La gente de Siló está hecha un mar de lágrimas. Innumerables niños y mujeres lloran la pérdida de sus seres queridos: padres, esposos, hermanos e hijos que jamás volverán a casa (1 Sam. 4:1, 2, 10).
2, 3. ¿Qué trágicos sucesos llevaron a que Siló perdiera su gloria?
2 Esta desgracia es parte de una serie de trágicos sucesos. Todo comenzó cuando Hofní y Finehás —los malvados hijos del sumo sacerdote Elí— llevaron el arca del pacto desde el tabernáculo de Siló hasta el campo de batalla. Los israelitas pensaban que, como el Arca indicaba que Jehová estaba con su pueblo, tenerla con ellos les aseguraría la victoria. Pero aquel cofre, que solía guardarse en el lugar más sagrado del tabernáculo, no era un simple amuleto. Entonces, ¿qué sucedió? Los filisteos derrotaron a los israelitas, se apoderaron del Arca y mataron a los hijos de Elí (1 Sam. 4:3-11).
3 Hacía siglos que el Arca había honrado con su presencia a la ciudad de Siló. Por eso, al enterarse de que estaba en manos de los filisteos, Elí —quien ya tenía 98 años de edad— se cayó de su asiento y murió. Y su nuera, que acababa de enviudar ese mismo día, falleció dando a luz. Sus últimas palabras fueron: “La gloria se ha ido de Israel al destierro”. Así es: sin el arca del pacto, los días de gloria de Siló habían llegado a su fin (1 Sam. 4:12-22).
Respuesta:SAMUEL tiene ante sí un pueblo desgarrado por la tristeza. En una sola batalla, la guerra contra los filisteos se ha cobrado la vida de 30.000 israelitas. Y eso sin contar las 4.000 bajas del combate anterior. La gente de Siló está hecha un mar de lágrimas. Innumerables niños y mujeres lloran la pérdida de sus seres queridos: padres, esposos, hermanos e hijos que jamás volverán a casa (1 Sam. 4:1, 2, 10).
2, 3. ¿Qué trágicos sucesos llevaron a que Siló perdiera su gloria?
2 Esta desgracia es parte de una serie de trágicos sucesos. Todo comenzó cuando Hofní y Finehás —los malvados hijos del sumo sacerdote Elí— llevaron el arca del pacto desde el tabernáculo de Siló hasta el campo de batalla. Los israelitas pensaban que, como el Arca indicaba que Jehová estaba con su pueblo, tenerla con ellos les aseguraría la victoria. Pero aquel cofre, que solía guardarse en el lugar más sagrado del tabernáculo, no era un simple amuleto. Entonces, ¿qué sucedió? Los filisteos derrotaron a los israelitas, se apoderaron del Arca y mataron a los hijos de Elí (1 Sam. 4:3-11).
3 Hacía siglos que el Arca había honrado con su presencia a la ciudad de Siló. Por eso, al enterarse de que estaba en manos de los filisteos, Elí —quien ya tenía 98 años de edad— se cayó de su asiento y murió. Y su nuera, que acababa de enviudar ese mismo día, falleció dando a luz. Sus últimas palabras fueron: “La gloria se ha ido de Israel al destierro”. Así es: sin el arca del pacto, los días de gloria de Siló habían llegado a su fin (1 Sam. 4:12-22).
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