El sector de transporte jugará un papel esencial en la tarea de reactivar las economías y frenar la propagación de la COVID-19. Como expliqué en la primera parte de esta serie de blogs, la manera más fácil de garantizar la continuidad de las actividades y el control de la pandemia es alentar el teletrabajo. Sin embargo, no todas las personas pueden trabajar desde el hogar. Muchas deben salir de sus casas para generar ingresos. Además, el suministro de bienes y servicios sigue dependiendo de que los trabajadores accedan a sus respectivos lugares de trabajo.
Muchos de quienes deben desplazarse a sus lugares de trabajo utilizan los sistemas de transporte público, que están dotados de una capacidad única para movilizar grandes volúmenes de pasajeros a través de zonas urbanas congestionadas. Incluso durante una pandemia, el transporte público sigue siendo el eje de la movilidad sostenible y un elemento esencial de la recuperación económica.
Con las medidas adecuadas, se pueden evitar los contagios
Primero, las buenas noticias: hay cada vez más evidencias de que los usuarios del transporte público no enfrentan mayor riesgo de contagio que otras personas. Si bien en Hong Kong el transporte masivo ocupa un lugar importante, se han registrado apenas 1100 casos de COVID-19 (i). En Japón también se utiliza en gran medida el transporte público; aun así, los investigadores “no detectaron ningún foco de contagio asociado a la gran cantidad de personas que van a trabajar en tren… Normalmente, los pasajeros viajan solos y no hablan con otros pasajeros. Además, últimamente todos usan mascarillas” (i). Un estudio reciente llevado a cabo en Francia mostró que ninguno de los 150 focos de contagio que se detectaron tras la reapertura de la economía tiene su origen en el transporte público (en francés)
Respuesta:
El sector de transporte jugará un papel esencial en la tarea de reactivar las economías y frenar la propagación de la COVID-19. Como expliqué en la primera parte de esta serie de blogs, la manera más fácil de garantizar la continuidad de las actividades y el control de la pandemia es alentar el teletrabajo. Sin embargo, no todas las personas pueden trabajar desde el hogar. Muchas deben salir de sus casas para generar ingresos. Además, el suministro de bienes y servicios sigue dependiendo de que los trabajadores accedan a sus respectivos lugares de trabajo.
Muchos de quienes deben desplazarse a sus lugares de trabajo utilizan los sistemas de transporte público, que están dotados de una capacidad única para movilizar grandes volúmenes de pasajeros a través de zonas urbanas congestionadas. Incluso durante una pandemia, el transporte público sigue siendo el eje de la movilidad sostenible y un elemento esencial de la recuperación económica.
Con las medidas adecuadas, se pueden evitar los contagios
Primero, las buenas noticias: hay cada vez más evidencias de que los usuarios del transporte público no enfrentan mayor riesgo de contagio que otras personas. Si bien en Hong Kong el transporte masivo ocupa un lugar importante, se han registrado apenas 1100 casos de COVID-19 (i). En Japón también se utiliza en gran medida el transporte público; aun así, los investigadores “no detectaron ningún foco de contagio asociado a la gran cantidad de personas que van a trabajar en tren… Normalmente, los pasajeros viajan solos y no hablan con otros pasajeros. Además, últimamente todos usan mascarillas” (i). Un estudio reciente llevado a cabo en Francia mostró que ninguno de los 150 focos de contagio que se detectaron tras la reapertura de la economía tiene su origen en el transporte público (en francés)
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